La educación superior colombiana está graduando unas 500 mil personas cada año. Más de seis millones en lo que va del siglo. La inversión en tiempo y en dinero que realizan las familias se pierden para centenares de miles que no consiguen empleo y, quizás, para millones de profesionales, tecnólogos y técnicos que perciben bajos salarios, afrontan informalidad laboral y que eventualmente, encuentran oportunidades en ocupaciones que nada tienen que ver con su formación.
Tener la oportunidad de entrar a la universidad y a las demás instituciones que hacen parte de la educación superior era antes un privilegio. Aunque hay enormes desafíos aún, el número de colombianos matriculados en universidades, instituciones técnicas y tecnológicas ha aumentado de forma impresionante en los 22 años que lleva el siglo.
Al comenzar el siglo había 870.000 estudiantes matriculados. Al finalizar el 2021, la cifra era de casi el triple (un poco más de 24 millones). Como dicen los versados en estadísticas educativas, la tasa de cobertura es hoy del 53% (frente al 22% del 2.000).
En total en lo que va del siglo, 6,2 millones de colombianos se graduaron entre el 2021 y el 2020. Año a año se están graduando alrededor de medio millón de personas (con la pandemia disminuyó el número de graduados que ya empieza, de nuevo, a remontar).
El 57 % de los títulos son otorgados por instituciones privadas. Del total de graduados de la educación superior, 50 %, más o menos, corresponde a a profesionales universitarios (pregrado), 21 % a instituciones tecnológicas y 4.5 % a las de carácter técnico. El resto se reparte entre especializaciones, maestrías y doctorados (que, a propósito, contribuyen con sólo el 0,2 % de los egresados). Un dato clave: la matrícula del pregrado es, mayoritariamente, femenina.
Hasta ahí van las buenas noticias.
El drama de los graduandos de la educación superior está en el enorme desempleo. Los esfuerzos de las familias y los estudiantes y el proyecto de vida de las cabezas de hogar (“no les dejo dinero a mis hijos, les dejo educación”) se estrellan contra la realidad: un título en Colombia no garantiza empleo.
El Dane, siempre juicioso, en su último informe sobre fuerza laboral y educación ofrece datos escandalosos (a diciembre de 2021):
- El 11,2 % de los hombres con título universitario (pregrado) está desempleado. Para las mujeres es peor: 13,2 %.
- En la educación tecnológica el flagelo del desempleo es desalentador: 18 % de las mujeres y 13,7 % de los hombres carecen de trabajo.
- En la técnica profesional una quinta parte de las mujeres egresadas está desempleada (contra 13,5 % de los hombres)
De todos los colombianos que componen la fuerza de trabajo (24,7 millones), el 27 % son aquellos que han alcanzado graduarse de la educación superior.
____________________________________________________________________________________________
La pregunta que un padre podría hacerse a tiempo es si tiene sentido invertirle tiempo y recursos cuantiosos (caso de la costosa educación privada) a la obtención de un título que no se traduce en empleo
___________________________________________________________________________________________
Si los datos del desempleo de los egresados de la educación superior se cotejan con los de la economía en general, la pregunta que un padre podría hacerse a tiempo es si tiene sentido invertirle tiempo y recursos cuantiosos (en el caso de la costosa educación privada) a la obtención de un título que no se traduce en empleo. La tasa de desempleo de la sociedad en su conjunto en diciembre del 21 era del 11%, inferior a las de los egresados de las IES y de lejos menor a las de las mujeres. ¿Paga ir a la universidad, las instituciones tecnológicas y las técnicas profesionales?
Si se mira la tasa de cotizantes, una forma apropiada de explorar el nivel de empleo formal que tienen los recién graduados, las cifras son brutales para los profesionales de pregrado: solo 77 % (hombres y mujeres) están reportados en el Sistema de Seguridad Social Integral como cotizantes…. En el caso de los egresados de las técnicas profesionales es el 61 % para los hombres y 58% para las mujeres recién graduadas…
El 2021 fue un año de excepcional crecimiento del PIB, 10,6 %, así sea un rebote del pésimo desempeño, asociado a la pandemia, del 2020. El seguimiento a las cifras del empleo deja enormes dudas acerca del retorno de la inversión de las familias en la educación superior colombiana: acá dejó de ser cierto que la educación garantiza empleo y buenos ingresos.
La idea de aumentar la tasa de cobertura, de ofrecer más y más cupos en las universidades no tiene sentido si no mejoran sustancialmente las oportunidades de empleo.
Publicada originalmente el 17 de octubre 2022