Setenta años después Icetex ha logrado ayudar a 8 millones de colombianos. Desde finales de los años cincuenta ayudó a personalidades como Jorge Cardenas, quien después de graduarse en la Universidad de Antioquia hizo un postgrado en la universidad de Syracusa. Con el tiempo sería ex gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, al presidente de Aviatur y uno de los gurús del turismo en el país, Jean Claude Bessudo, quien pudo estudiar ingeniería civil en la Universidad de los Andes, Manuel Elkin Patarroyo, proveniente de una familia sin recursos del municipio de Ataco en Tolima, se fue a hacer una especialización en inmunología en Yale gracias al préstamo del Icetex, además de la alcaldesa Claudia López quien gracias al dinero prestado por el Icetex se fue a hacer una maestría en administración pública y política urbana en la Universidad de Columbia.
Y asi son miles los casos de colombianos que lograron despegar y ser profesionales gracias a este fondo creado por Gabriel Betancourt Mejía, en 1940 y hecho oficial por el gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez.
estaba pasando por un durísimo problema económico. Aunque venía de una familia acomodado, con raíces en España y Francia, Betancourt, a sus 22 años, vio de frente el rostro de la ruina. En 1929, a raíz del crash de la bolsa de Nueva York, su familia quedó sin nada. Fue tanta la desesperación que lo atormentaba que llegó a pensar que no podía seguir estudiando. Se graduó como bachiller en el San Bartolomé, el mítico colegio fundado en 1604 por los jesuitas y cuyos pasillos vieron pasar a lo más exquisito de la inteligencia nacional. Estudió en la Javeriana economía y se doctoró en ciencias económicas y jurídicas en 1942. Pero ocho años después era un buque varado en la orilla. No tenía un peso para cumplir su sueño, estudiar en Harvard. Intentó conseguir una beca y no lo consiguió. También aplicó para conseguir un cupo en el Institute of International Education of New York pero tampoco lo aceptaron. A Betancourt sólo le quedaba una bala.
Era un alumno imperial. Sus notas llevaban siempre el sello de la perfección. Así que, convencido de que iba a conseguir apoyo, se fue a Medellín, a pedirle una mano con Cipriano Restrepo, presidente de la Compañía Colombiana de Tabaco. Se entrevistó con el empresario. Después de empezar su conversación Restrepo lo frenó en seco
-Lo que usted busca es apoyo financiero
El joven estudiante no se dejó amilanar
-Yo no le pido nada regalado, lo que quiero es un préstamo y la prenda de garantía que le doy es mi futuro.
Al verlo tan firme Restrepo le abrió la puerta para que hablara con los miembros de la junta quienes le dieron el monto que había pedido: mil dólares. Este fue el momento en que nació el crédito educativo. Con el tiempo se casó con Yolanda Pulecio con la que tuvo a su hija más destacada, Ingrid Betancourt. Pero su descendencia más importante fue la creación de una entidad que le hiciera la vida fácil a profesionales y estudiantes para hacer carreras en la universidad o especializaciones en el exterior. Los préstamos serían pagados por los mismos estudiantes. Siempre con intereses muy bajos. En 1944 su tesis de grado en la universidad de Syracuse fue el proyecto para la creación del Instituto Colombiano para Estudios Avanzados en el Exterior. Seis años después, el 3 de agosto de 1950, el gobierno del conservador Mariano Ospina Pérez aprobaron el decreto con el que nacía el ICETEX.