Una interesante exposición de la argentina Graciela Sacco (1956) titulada Nada está donde se cree se encuentra desde el de 9 julio y hasta el 9 de octubre en el Museo de Arte del Banco de la República. Desde sus comienzos, su trabajo ha tenido como centro a la problemática social de su país porque le tocó ser testigo de dictaduras militares represivas donde los desaparecidos eran parte de la vida cotidiana, donde el miedo se respiraba bajo la piel, donde el significado de las condiciones sociales tenían una doble lectura y el silencio una repercusión conceptual. De allí que todos su trabajos sean casi códigos de instalaciones mágicas. Sus técnicas de impresión fotosensibles le han permitido realizar desde instalaciones en madera donde unos ojos en video miran escondidos y, desde atrás de una barrera, los acontecimientos o unas cucharas colgadas gritan. Se trata de símbolos de enlace que muestras las caras de la realidad. La de adentro, que llegan a hacer instalaciones callejeras donde los ojos observan en silencio desde los muros o, desde afuera, imágenes divididas por segmentos de madera que muestran la fuerza de una revuelta.
Pierre Francastel sigue vigente en su sociología del arte cuando se trata de conocer las necesidades del arte actual y anota: "Se considera que el artista traduce, mediante su leguaje particular, una visión del mundo común de la sociedad donde vive... la obra es considerada como un objeto que posee todos los objetos naturales. Todo ocurre como si una fuerza misteriosa, análoga a un diluvio, interviniera en épocas determinadas para poblar el ámbito de los hombres".
Las obras conceptuales de Graciela Sacco son puntos de encuentro entre varios lenguajes donde se descifran los significados de situaciones que esconden el pensamiento racional y lo traducen en lenguaje plástico. El arte, con su esencial necesidad de documentar, actúa como medio fundamental para construir y atravesar el imaginario y por su presencia ineludible, es uno de los componentes básicos y sustanciales para que no exista el olvido y, para la construcción de otra realidad.