La felicidad, euforia y optimismo de la Selección Colombia llegó a su fin. El combinado patrio fue eliminado por su similar de Chile desde los tiros del punto penal. La tristeza se apoderó de toda una nación que soñaba y anhelaba que su selección obtuviera el título de la Copa América. Transcurrido este traspié, los colombianos despertamos del letargo donde estábamos sumidos y volvimos a encontrarnos con nuestra dura realidad.
Infortunadamente volvimos a evidenciar que somos una sociedad enferma y que la violencia se incrustó en nuestros corazones, porque no existe otra razón para entender cómo amenazan al jugador William Tesillo por fallar el tiro penal contra Chile, todo por medio de este mensaje: “Espero que te pase como Andrés Escobar”. Así se demuestra nuestra intolerancia y degradación, además nos hace recordar un hecho funesto y repudiable que no debe volver a ocurrir en un país civilizado.
Ahora bien, nos encontramos que el señor Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias Santrich, decide volarse, burlar la justicia, el proceso de paz y al pueblo colombiano, que de manera generosa, responsable y esperanzadora depositó su confianza en este personaje, brindándole las garantías jurídicas, políticas y personales para que afrontara como demócrata, respetuoso de la constitución y convencido que la paz es el camino para alcanzar el país que soñamos las investigaciones en su contra. Sin embargo, este, por el contrario, prefirió seguir siendo el bandido de siempre y fugarse.
Pero eso no es todo. Volvemos a ser testigos de la persecución, amenazas y exterminio selectivo de nuestros líderes sociales. Esta vez en los Montes de María supuestos miembros de las AUC amenazan a la líder Yirley Velasco, a quien mediante una carta le advierten que va tener el mismo final que María del Pilar Hurtado, demostrando la precaria, lamentable y difícil situación que padecen estos compatriotas que solo buscan un país justo, equitativo y con oportunidades para todos.
Así mismo, evidenciamos como miembros de nuestras fuerzas militares siguen traicionando su institución y su patria, aliándose con criminales, grupos al margen de la ley, como es el caso del coronel que fue sorprendido junto con alias Gárgola, jefe de una estructura criminal, a quien supuestamente protegía. O la incautación de material de uso exclusivo de la fuerza pública en un camión del Ejército que sería entregado a grupos al margen de la ley, sin importar que fortalecen a los criminales que atentan contra la vida, seguridad y estabilidad de sus compañeros y compatriotas.
A la par, comprobamos cómo seguimos violando los derechos de los niños, los cuales son abandonados irresponsablemente, como el caso de la niña de 3 años que fue rescatada por la Policía Nacional, la cual había sido dejada en casa, encerrada, sin importarles a sus padres su bienestar, integridad y seguridad. Con esto se demuestra el desamor, desprecio y falta de cuidado que muchos padres tienen con sus hijos y desnudando la difícil situación que padecen nuestros menores.
Lamentamos la eliminación de nuestra Selección Colombia, pero confiamos en el proceso iniciado, por eso auguramos mejores actuaciones, victorias y éxitos en un futuro no muy lejano. Ojalá así como nos preocupamos por nuestra selección, nos preocupemos por los problemas del país. Recompongamos el camino, dejemos de ser una sociedad violenta. Para cerrar, que el señor Santrich afronte la justicia con gallardía o de lo contrario que le caiga todo el peso de la ley; protejamos a nuestros líderes sociales; combatamos la delincuencia y corrupción; y protejamos, brindemos amor y cuidado a nuestros niños, para de esta manera soñar con un mejor país.