Precipitados que son estos gobiernos del mundo. E ingratos estos colombianos. Salir a criticar a Maduro por encarcelar al alcalde de Caracas, sin meditar bien el asunto. Porque Maduro es un hombre benemérito, digno de mil alabanzas. Tanto por su riqueza moral, como por su ilustración y su amor a la democracia. Todo esto lo pensó Juanpa, antes de su histórico discurso a favor de Maduro y para justificar los garrotazos que le dio al guache de Ledezma. Con lo merecidos que los tiene.
Gracias Maduro. Este sinvergüenza de Uribe tenía contra las cuerdas a mis amigos de las Farc y si no es por Maduro no habría tenido yo con quién conversar y con quiénes tapar las mataduras de mi gobierno. Estos diálogos, con estos queridos guerrilleros, han sido la salvación. Y Maduro me los ha tenido rozagantes, regordetes, llenos de salud. Si no hubiera sido por los cuidados que les regaló, adiós Farc. ¡Qué pena hubiera sido!
También hay que agradecerle el asilo al ELN, al COCE y a Pablito. Y si no, ¿quién se hubiera ocupado en volar estos malditos oleoductos que llevan el nuevo estiércol del diablo, que es el petróleo? ¿Y quien hubiera asesinado las decenas de soldados que gracias a Maduro nos han masacrado en la frontera? Con el problema que tengo para reducir el Ejército, Maduro vino oportunamente en mi socorro.
Gracias a Maduro, salvé a los campesinos del Catatumbo de sembrar caucho y palma y café y otras bobadas que no rinden. Tengo, en cambio, miles de hectáreas de coca, verdes, verdes, que se dan como la maleza y producen un dineral. Con lo que tengo ricas a las Farc y a las bacrim, para que dejen la quejadera.
Y gracias a Maduro, porque les garantiza a mis bandidos del alma el comercio de mi cocaína. Miren que hasta pone la flor de su Ejército para ayudarnos en esta obra pía.
Y nos producen estas siembras y este mercado miles de millones de dólares con los que traemos contrabando a rodos, para vender cosas bien baratas en Colombia. Con lo que abusaban con los precios los zapateros del barrio Restrepo y los confeccionistas de Medellín, Pereira y Cali. Los pusimos a raya, carajo. Gracias a Maduro.
Nos hizo el favor Maduro de acabarnos un maldito comercio de exportación de seis mil millones de dólares a Venezuela. El Banco de la República no sabía qué hacer con tanto dólar. Gracias a Maduro, todo eso se acabó.
Los empresarios nuestros han quedado entrenados en aquello de las expropiaciones. A Cementos Argos, al Éxito y a decenas de medianos inversionistas colombianos nos los dejaron allá peritos en sufrir confiscaciones. Costará menos trabajo hacer lo mismo con Jaramillo y Márquez, cuando acabemos lo de La habana. ¡Que vayan aprendiendo, demonios capitalistas!
Al majadero de Avianca se le robó Maduro trescientos millones de dólares. Para que no sea angurriento, como dicen en Antioquia. Los ricos también lloran.
Maduro nos puso orden en la frontera. Nos deja pasar gasolina y otras baratijas de contrabando, para que los cucuteños tengan en qué entretenerse. Y a las seis de la tarde, a la camita todos.
Y gracias porque nos deporta colombianos a la lata. Buen entretenedero para la Canciller, que ya no tendrá que andar explicando todo el día aquello de Nicaragua.
Gracia a Maduro porque nos recibió a Walid Makled, que ya se lo querían llevar los gringos. Con lo incómodo que hubiera sido ese tipo contando cómo se trafica cocaína por la frontera y cómo está organizado el cartel de los soles. Y gracias porque nos recibió a Saleh y a Valles, dos jovencitos que querían armar bochinche en Colombia, diciendo que en Venezuela había una dictadura. Maduro los mantiene bajo tierra, sin aire, sin comida, sin visitas, como debe ser una cárcel de verdad.
Gracias a Maduro, porque nos trajo nuevas tecnologías para volar periodistas que no se compren con mermelada y se obstienen en contar cosas que debieran mantenerse en reserva. Aquí no sabíamos lo que era una bomba lapa. Pura tecnología de avanzada, de la ETA y de Irán, por ventura ahora incorporada a nuestra cultura terrorista. Estábamos perdiendo la delantera en materia tan delicada y ya la recuperamos. Londoño se escapó y solo mataron a sus escoltas. Pero en la próxima nadie se escapa. Y la prensa aprendió que es mucho mejor recibirle plata a Jaramillo, que exponerse a otra lapa.
Juanpa terminó aquí sus reflexiones. Y salió a la tele para agradecerle a Maduro tantos favores como los que le debemos. Es el único Presidente del mundo que ha festejado esta canallada. Pero es que los demás no tienen tantos motivos de gratitud. Juanpa sí. Los dichos y muchos más, que no hay para qué recordar ahora. Gracias, Maduro.