Quiero hacer una pequeña reflexión encaminada a ponderar el atributo de la mujer como madre, como protectora y como espíritu único sobre la tierra en la dificultad, en el peligro y en la toma de decisiones.
Creo que la experiencia que vivimos en la actualidad, de la que todos esperamos salir fortalecidos, tuvo la iniciativa de una mujer decidida y ha de dar frutos excelsos, en un escenario, en el que sólo una mujer tuvo el coraje de empoderarse y sobre ponerse al miedo. Porque es claro que ante el miedo el hombre se paraliza, espera, se enoja, se envalentona y acaso figura como reacción. Tiempo después se "muestra" convencido, de que debe actuar, sin mucha realización.
La mujer decide y enfrenta y creo que la historia va a dar un resultado positivo para nosotros y nuestras familias a partir del arrojo que demostró nuestra alcaldesa y que movió a las demás autoridades locales para seguir el ejemplo, y que no de otra manera debió acatar el Presidente, con base en la urgente necesidad de extender el aislamiento.
Ese gesto, nacido desde la convicción íntima de una mujer quizá en adelante sirva para conjeturas políticas o entronizaciones; hoy es el poderoso báculo de una voluntad cierta y luchadora y a él le debemos desde ya un tributo inmenso porque por primera vez en mucho tiempo hay un líder, que afortunadamente es una líder; una inmensa mujer que pensó y movió a un país a preservarse de una amenaza que con toda seguridad y con el favor de Dios, salvará a muchos de la muerte por contagio.
Aún no sabemos que tan a tiempo se dispuso en Colombia el confinamiento y la prevención, pero para la historia ha de quedar que fue una mujer, la decisión de una mujer honesta y valiosa, la que impulso a todo un país a protegerse, a ejercer rutinas de cuidado, pensando ante todo en los más débiles, en los ancianos, en la gente que vive la aventura de las calles. Dios te guarde, para nuestra fortuna, Claudia!