Hasta el 30 de septiembre de 2024, Avianca deberá reubicar pasajeros de manera gratuita o, en su defecto, ofrecer vuelos con descuentos entre el 35 % y 60 % a los pasajeros que compraron tiquetes de la ya desaparecida Viva Air.
Esa fue la condición que le impuso la superintendente de Industria y Comercio, María del Socorro Pimienta, a Avianca para cerrar y archivar la investigación iniciada por la entidad a raíz de la solicitud de integración entre ambas aerolíneas.
En agosto de 2022, Avianca y Viva Air le pidieron a la Aeronáutica Civil permiso para realizar una integración empresarial. No obstante, la Superintendente de Industria y Comercio (SIC) encontró pruebas suficientes para demostrar que, incluso antes de la solicitud, ambas aerolíneas ya estaban integradas, lo cual atentaría contra la libre competencia.
Según la Superintendencia de Industria y Comercio, las mismas personas estaban a cargo de las dos aerolíneas desde abril de 2022, es decir, cuatro meses antes. Posteriormente y ya en 2023, Avianca le ofreció garantías a la SIC para que terminaran la investigación, pero otras aerolíneas como Wingo, JetSmart, Latam y la ya también desaparecida UltraAir, se quejaron y lograron alargar el proceso que finalmente llegó a su fin.
Además de las medidas para reparar a los pasajeros de Viva Air, la SIC también le puso un ultimátum a Avianca, que consiste en que no pueden volver a incurrir en comportamientos que pongan en riesgo la libre competencia en el mercado aeronáutico nacional, lo cual debe ir acompañado de un sistema de vigilancia riguroso y de un programa de cumplimiento serio y ejecutable. Si no cumplen, la aerolínea fundada en Barranquilla en 1919, podría verse expuesta a multas de hasta 100.000 salarios mínimos mensuales vigentes.
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