La operación Iceberg, realizada por la Policía Fiscal y Aduanera, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, el CTI, la DIAN y la agencia de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos ICE, es un golpe de altísima trascendencia contra la corrupción y las mafias del contrabando. Su impacto se deriva de la recaptura con fines de extradición en su lujosa mansión en el barrio Pance de la Ciudad de Cali, de Omar Ambuila, el reconocido exfuncionario de la Dian por más de 28 años, inspector de aduanas en el Puerto de Buenaventura, investigado desde 2004 por corrupción y que logró, de acuerdo con las pesquizas financieras, amasar una fortuna cercana a los 25 millones de dólares, con un salario que no superaba los 10 millones de pesos mensuales.
Omar Ambuila, fue importante piñón de la corrupción y las mafias del contrabando y el narcotráfico, por casi dos décadas en los puertos de Colombia. Había sido capturado el 19 de marzo de 2019, resultado de un gran esfuerzo de la Fiscalía General de la Nación y del CTI, logrando recuperar su libertad un año después por vencimiento de términos. Sin embargo, la Fiscalía obtuvo importante recaudo probatorio para demostrar los tentáculos criminales de Ambuila, y aquí, el eslabón magistral fue un Lamborghini rojo, exhibido por su hija Jenny Ambuila en las redes sociales junto a otras extravagancias. Fueron más de 2.500 horas de interceptaciones telefónicas que develaron, no solo la estruendosa red de corrupción construida por Ambuila en los puertos de Colombia, sino también, descubrir las mafias más poderosas del contrabando y del narcotráfico que desde Buenaventura y Cartagena operaron con absoluta impunidad por más de 20 años, pése a la comprometida labor de muchos y valiosos funcionarios de la Dian y la Policía Fiscal y Aduanera.
El alcance de la operación Iceberg, es de dimensiones muy graves para el hemisferio, como quiera que se evidenció su conexión con el agente de la DEA José Irizarry, el más importante investigador antidrogas de USA estacionado en Cartagena, el mismo que a su nombre adquirió el Lamborghini de 329 mil dólares para Jenny Ambuila en Estados Unidos, y que de acuerdo a las investigaciones adelantadas por las agencias federales, se asoció con organizaciones del narcotráfico colombianas y centroamericanas para permitir la salida de droga hacia Estados Unidos. En el juicio que se adelanta contra Irizarry, en el Distrito Medio de La Florida, salió a relucir su conexión con Omar Ambuila, y con un enigmático personaje denomimado el Padrino, que la agencia de noticias AP identificó cómo Diego Marín, familiar de Nathalia Gómez esposa de Irizarry y socio clave en los negocios de esta organización criminal transnacional.
Aduanas y Policía son el engranaje perfecto para contener el contrabando en cualquier lugar del mundo. Son la reserva moral en la protección del orden económico de la nación, y cuando se corrompen se convierten en el alimento más poderoso y vital de las mafias. Estas economías criminales mueven anualmente 350.000 millones de dólares, en Colombia la cifra se acerca a los 6.000 millones de dólares anuales, y aproximadamente el 30 % es la tajada para los corruptos. Por esto, la más eficiente reforma tributaria que pueda hacer el gobierno, es recaudar los 25 billones de pesos que se necesitan, interviniendo a fondo, sin influencias y con capacidad suficiente, el contrabando, la evasión fiscal, el tráfico de divisas, la extracción ilícita de oro y la corrupción. Es ignominoso que el destape de graves casos de corrupción, ocurra gracias a la cooperación con un tercer país, y en este caso a la presión y ¨confianza¨ de los criminales colombianos en la justicia de Estados Unidos, como sucedió también con el cartel de la toga.
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La más eficiente reforma tributaria es recaudar 25 billones de pesos interviniendo a fondo el contrabando, la evasión fiscal, el tráfico de divisas, la extracción ilícita de oro y la corrupción
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Los Ambuila en las Aduanas, los Pinto en la Policía (caso Alex Saab), los Ricaurte en la Corte Suprema de Justicia, y los Moreno en la Fiscalía, son íconos despreciables de todo lo opuesto a la majestad de la justicia, la integridad y la transparencia del Estado. Son criminales infiltrados en la justicia, en la policía y en la DIAN, que traicionaron su juramento, sus valores y permitieron la captura de instituciones sagradas para la democracia, por las mafias del poder criminal. Y como estos, son muchos los funcionarios corruptos que siguen enquistados en cargos altamente críticos, que actúan con cínica inteligencia construyendo líneas y círculos de poder ilícito para enriquecerse y seguir alimentando al crimen organizado. Porque, sin corrupción la mafia no existiría.
La modernización y automatización de la Dian, es el camino para cazar y acabar con los corruptos, pero es necesario no dejarse amedrentar por sindicatos obsoletos, paquidérmicos y detractores sin oficio de la institucionalidad, que como en el caso Ambuila, uno de ellos con base en Buenaventura se pronunció mostrándolo como el redentor ejemplar, al mejor estilo de Alex Saab, ahora símbolo de la revolución bolivariana. Fortalecer las decisiones adoptadas por la Agencia del Inspector General de Tributos, Rentas y Contribuciones Parafiscales, ICTR del Ministerio de Hacienda, es fundamental, pues esta fue la primera, hace un mes, en inhabilitar por 18 años a Omar Ambuila cuando hábilmente acudió a argucias jurídicas para que lo reintegraran al cargo. Al mismo tiempo acabar con la inoperancia de las oficinas de control interno disciplinario y brindar facultades excepcionales y discrecionales a los directivos para prescindir de funcionarios corruptos. En términos de justicia, es inaudito, que algunos jueces, en vez de proferir medida de aseguramiento privativa de la libertad a servidores corruptos, en la misma audiencia de legalización de captura, dispongan su reintegro al trabajo, al considerarlo un derecho constitucional y con el argumento que no representa peligro para la sociedad. Qué ironía, hoy las instituciones del estado tienen corruptos sub judice ejerciendo sus cargos mientras llega la audiencia de juzgamiento, a algunos de ellos inclusive, ya se les ha extinguido el dominio sobre propiedades adquiridas fruto de sus prácticas criminales dentro del estado. Somos víctimas de nuestra propia ineficiencia.
El caso Ambuila, es un golpe magistral a la corrupción, está conectado con mafias del contrabando, el tráfico de drogas y dinero. Un agente de la DEA es alfil en este engranaje criminal; y será, sin duda, el principio del fin de una poderosa mafia que se instaló por más de dos décadas en los puertos de Colombia, en la Policía Nacional y en otras entidades del Estado, que puso en jaque a la industria textilera, de confecciones, de licores y cigarrillos, con muchos aliados, o mejor ¨Padrinos¨ que deberán enfrentar procesos en Estados Unidos, dejarán de ser invisibles y se les acabará su pasión de disfrutar en la clandestinidad, una apariencia, muy al estilo de la camorra italiana, con fachadas, por cierto muy pintorescas, de empresarios en la legalidad.
