La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales –ANLA- le negó a ISAGÉN la licencia ambiental que venía gestionando desde hacía unos dos años para el proyecto hidroeléctrico CAÑAFISTO, que esa empresa semi estatal hasta el momento se proponía desarrollar sobre el río Cauca, aguas arriba del puente de occidente, que comunica a Medellín con Santa Fe de Antioquia. El proyecto estaba dimensionado para una instalación bastante grande (cercana a los 1.000 Mw) pero inferior a la de Pescadero Itango que actualmente se construye más abajo por parte de Empresas Públicas de Medellín –EPM-.
La pérdida de esa capacidad generadora para el país no es de mucha importancia por cuanto la central sería del estilo conocido como “pie de presa” que consiste en cerrar una estrechura o garganta de las montañas con una presa de lado a lado, para dar principalmente caída a las aguas del río que quedan represadas, inundando largas extensiones de su cauce y de los afluentes pero no alcanzan a almacenar volúmenes de agua muy significativos. Por ello, en épocas de lluvias generan bastante pero en verano muy poco. Y ya vemos con El Niño, que energía de verano es la que necesita Colombia y esta sólo la proporcionan en cantidades importantes las hidroeléctricas de grandes embalses y las termoeléctricas.
En cambio, los embalses de largas colas en los cauces de los ríos, generan gravísimos e irreparables daños al medio ambiente en todos sus aspectos bióticos de fauna, flora, aguas, emisión de gases, además de las pérdidas de tierras cultivables, yacimientos de minerales, canteras, carreteras y puentes (en este caso serían 119 Km de vías pavimentadas) viviendas y equipamiento físico, que en el caso de este proyecto era la inundación de muchos poblados, incluidos Cauca Viejo y hasta el nuevo Bolombolo, construido para reemplazar las casas que inundaba el río en los inviernos de 2010 y 2011, y mucha riqueza más.
El problema de los daños ambientales resultó tan delicado en el caso de Cañafisto que Corantioquia emitió concepto negativo y que, hablando del medio biótico, llevó a la ANLA a expresar en el texto de la Resolución que niega la licencia que “se concluye que el Proyecto Hidroeléctrico Cañafisto y el desarrollo de cualquier proyecto hidroeléctrico en esta zona es inviable ambientalmente”. La que sí pierde la plata gastada en estudios y gestiones (miles de millones de pesos) es ISAGEN la empresa, que se empeñó hasta el final en algo inviable a la vista de muchos expertos, contra todo lógica y hasta consiguiendo tratamientos especiales de varios organismos del Estado. Por fortuna para el proceso de venta de las acciones de La Nación, un proyecto en esas condiciones no cuenta en las valoraciones que hacen los interesados.