El jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, dio una entrevista al periodista Winston Viracachá, de la Agencia de noticias RPTV, 24 horas después del anuncio del presidente Duque de suspender el diálogo hasta que la guerrilla no libere a todos los secuestrados que tiene en su poder. Beltrán negó la presencia de los comandantes del ELN en territorio venezolano, pero además aclaró la situación de los secuestrados, algunos ya liberados en Arauca, y otros todavía retenidos en el Chocó:
Entrevista a Pablo Beltrán:
Este fue el editorial publicado en Voces-ELN.com:
Reafirmamos ante la sociedad colombiana y ante el Gobierno entrante, que pueden seguir contando con el Ejército de Liberación Nacional, para adelantar los diálogos dirigidos a acordar transformaciones y a terminar el conflicto armado, tal como está pactado en la Agenda del 30 de marzo del 2016.
Al Gobierno de Duque le decimos, no insistamos en un camino fracasado en la construcción de la paz, que ya ha sido practicado por gobiernos anteriores. Nos referimos a que antes pretendieron desconocer la existencia de fuerzas rebeldes y reducir sus comportamientos a simples “actividades criminales”, a manejar estos procesos con precondiciones, con la imposición y las decisiones unilaterales, a reducir la paz a un simple sometimiento de las fuerzas insurgentes, para desmovilizarlas, desarmarlas y reincorporarlas; mientras que todo el resto de la realidad del país sigue igual.
Con estas visiones frustraremos las posibilidades de avanzar hacia la paz, y las clases dominantes una vez más llevarán al país, a perder la oportunidad histórica de transitar caminos de solución política, que deben seguir abriéndose en estos años venideros.
Señores del Gobierno, traemos ya un proceso de diálogo y negociación tendiente a la terminación del conflicto. Traemos unos Acuerdos hechos con el Estado a través del gobierno anterior, traemos un Acuerdo sobre el diseño del proceso, sobre su Agenda, sobre la marcha de la Mesa, sobre los acompañamientos internacionales, sobre las cesaciones bilaterales del fuego, sobre el acompañamiento de la Iglesia, sobre Protocolos de seguridad y funcionamiento y muchos más asuntos.
¿Por qué este Gobierno no honra la palabra empeñada, en lugar de desconocer los acuerdos que ya traemos? ¿Qué seguridad y confianza da ello? ¿Así, abre la puerta para que lo pactado con ustedes, sea desconocido por el gobierno siguiente? Si hay que ajustar lo que traemos, lo acertado es que nos sentemos las dos partes, dialoguemos y de común acuerdo hagamos los ajustes que se requieran.
Al desconocer ustedes los acuerdos hechos con el Estado y colocar unilateralmente, condiciones inaceptables, éste Gobierno está cerrando esta Mesa, acabando el proceso de diálogos y los esfuerzos hechos desde hace varios años por el ELN, la sociedad, el anterior Gobierno y la comunidad internacional.
Nosotros persistiremos, en este proceso de diálogo, nuestra Delegación sigue activa y a la espera de su continuidad, seguiremos buscando salidas y opciones de paz. Es claro que en este propósito no estamos solos. Esa es la decisión de una parte importantes del país y de la mayoría de la sociedad, que cada vez más se comprometen con la causa de la paz y los cambios.
El Gobierno, al haber entregado a las Fuerzas Militares el manejo de las liberaciones humanitarias y negarse a un acuerdo para los Protocolos, ha hecho mucho más difícil las liberaciones de los uniformados privados de la libertad en Arauca y Chocó por Frentes nuestros; en tanto ello crea grandes riesgos para la vida de los detenidos, para las personas e instituciones que ayudan en estos casos y para nuestras Unidades guerrilleras.
Pese a estos obstáculos, nos comprometimos a realizar estas liberaciones por nuestra propia cuenta. Ya cumplimos con las hechas en Arauca, el pasado 5 de septiembre. Tan pronto encontremos la forma de sobreponernos a los fuertes operativos de las Fuerzas Armadas en el Chocó, cumpliremos con estas liberaciones.
Presidente Duque tenga en cuenta que la insurgencia es el fruto de condiciones económicas, políticas y sociales, no resueltas a lo largo de la historia de Colombia y que de no resolverse se perpetuaría el alzamiento armado.
Llamamos a que, sin más dilaciones reiniciemos el diálogo para buscar la paz, esa es la urgencia que reclama Colombia.