China, el país responsable del 30.65 % de las mayores emisiones de gases de efecto invernadero del planeta y el país con más inversiones y los mayores adelantos en energías limpias en el mundo.
Su presidente Xi Jinping, en la celebración del 20º Congreso del Partido Comunista de China (PCC), dijo que China “reforzar el uso limpio y eficaz del carbón" y que aspira a lograr una transición energética en el 2060.
De hecho, dejo claro que China no dejará los combustibles fósiles hasta que no estén seguros de que las energías limpias pueden sustituir a las energías fósiles de forma confiable.
El mandarín chino aseguró que “el carbón se utilizará de forma más limpia y eficiente, y aceleraremos la planificación y el desarrollo de nuevos sistemas energéticos”.
Es decir, los chinos no van a descarbonizar su economía ni ha sacrificar su crecimiento económico antes del 2060 y sus planes de transiciones energética están diseñados para ser desarrollados en un plazo de 38 años.
Entonces, con semejante anuncio del gobierno chino que pone en freno a las tesis de las transiciones energéticas de energías fósiles a energías limpias en el mundo se deben tomar atenta nota.
Y, además, con el fracaso del proceso de transición energética en Alemania, presidentes como el de Colombia, Gustavo Petro, no le queda otro camino que cambiar de rumbo en sus planes de transición energética.
Indudablemente, que la realidad supera la ficción y cuatro años no son suficientes para desarrollar una política de transición energética seria y responsable. Por una serie de caprichos y terquedad de algunos miembros del equipo de gobierno de Colombia no se puede poner en riesgo la soberanía y la seguridad energética del país.
Más aún cuando la matriz energética de Colombia es una de las más limpias del mundo, porque el 68,4 % de la generación eléctrica colombiana proviene de centrales hidráulicas, el 30.6 % de generación térmica, de las cuales el 13,3 % con gas natural, el 7,8 % con combustibles líquidos, 9,5 % con carbón y solo el 1% de fuentes eólicas, solar y de biomasa. Es decir, el 69.4 % de la energía que se consume en Colombia es energía limpia.
El ejemplo de Alemania es suficiente para comprender que una transición energética no se logra en tan corto plazo. Tampoco le queda bien al presidente Petro, seguir a rajatablas, el discurso del gobierno de Estados Unidos sobre Cambio Climático y energías limpias cuando la administración del presidente Joe Biden, tiene al mundo envuelto en una grave crisis económica por su guerra energética contra Rusia por la supremacía en los controles de los mercados y los negocios de energías fósiles en el mundo.
Una guerra que tiene al mundo en recesión económica y con el valor del dólar al alza, alza que tiene devaluadas las otras monedas en el mundo y de paso estranguladas al resto de economías del mundo, mientras Estados Unidos, sigue utilizando el fracking, vendiendo más petróleo, más carbón y más gas y se siguen forrando de billetes verdes sin importarle en el fondo un pepino la suerte del resto del mundo.
Conclusión: al presidente Petro, le toca enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados energéticos con un anuncio que seguirán las exploraciones, sino lo hace con rapidez se sigue pegando un tiro en el pie y colocando a tambalear su propio gobierno.
@j15mosquera
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