Durante este tiempo el gobierno colombiano ha tomado muchas medidas que impactan directamente a las empresas, a las personas y más que todo a la economía de todos, a pesar de que muchas de las decisiones que ha tomado el presidente Duque han sido buenas y ajustadas al tiempo, hay otras en las que ha estado mal asesorado, o definitivamente nuestro presidente no tiene la capacidad creativa para dirigir esta novedosa situación. Son muchas las fallas que conocemos a través de prensa, radio, televisión y redes sociales de la repartición de dineros, recursos y mercados la cual muestra una verdadera incapacidad del estado de impactar a cada uno de los colombianos.
Pasados treinta días ya se empiezan a ver síntomas de desaceleración de la economía y no solo eso, destrucción de empleos, la quiebra del micro y medianos empresarios. Por dar un ejemplo, en Nariño ya manifiestan cultivadores de papa y ganaderos que están en la quiebra, lo mismo manifiestan dueños de restaurantes, bares y discotecas. Podríamos pensar entonces que de la misma manera la deben estar pasando vendedores de ropa, calzado, electrodomésticos, talleres mecánicos entre otros que hoy en día no están percibiendo ninguna clase de ingresos.
Hasta cierto punto todo esto es entendible que suceda, pero también es ahí donde entra la mano del gobierno y la habilidad para sortear esta situación de forma que al final lleguemos de la mejor manera a puerto seguro. Por el momento los movimientos del gobierno han sido erráticos además de hacer declaraciones desafortunadas como las del ministro de hacienda que en medio de semejante situación, el doctor Carrasquilla plantea reforma tributaria.
Definitivamente, las personas que han gobernado a Colombia todos estos años se han acostumbrado a la inmediatez, todo rápido y fácil, además de las manos invisibles del poder siempre están allí haciendo lo posible por mantener su estatus quo. Lo cierto es que se si pueden hacer mejor las cosas, como por ejemplo haber comprado toda la producción de alimentos a los campesinos que manifiestan estar perdiendo cosechas y ganado además de sus derivados. Por otro lado, contratar o solicitar voluntarios para almacenar empacar y distribuir estos insumos a todos los ciudadanos sin discriminación por al final todos íbamos a necesitar del Estado.
Por el contrario, lo que se hizo fue toda una maraña de acciones descoordinadas que al final han dejado una gran cantidad de población desprotegida y sola a su suerte.
Señor presidente todavía está a tiempo de mejorar las cosas. Está claro que los poderes detrás de su poder deben estar hablando a su oído, para favorecerse más ellos sin importarle los demás colombianos.