Hola, Facebook. Me preguntas "qué pienso hoy", pues te cuento que estoy pensando sobre algo que recuerdo del curso de 1974 del profesor Roger-Gérard Schwartzenberg, en la Facultad de Derecho de la Universidad de París II (Panthéon), sobre el tema de L'Etat spectacle: essai sur et contre le star system en politique, y sobre cómo la política de antes eran las ideas.
La política de hoy en día son ante todo las personas. Mejor, los personajes. Y de estos, sobre todo, los "figurones"; esos mismos que necesitan de las pantallas de televisión o las virtuales para hacer creer que gobiernan. La política siempre ha sido teatro y los políticos, actores, pero es que hoy —en tiempos de pandemia y vacunas— estas los han hecho creer a todos ellos (los gobernantes, en sentido amplio) que son Orson Welles, Jean Gabin, Bond-James, Bond, David Niven, Marlon Brando y etc. Mejor dicho, el hombre de Estado-actor.
Un poco por el ancho mundo los vemos cargando las cajas de las vacunas mientras los filman, en lugar de meterlas rápido en las neveras polares para su conservación; todos quieren figurar, aspiración de todo actor bueno o malo. Televisión del poder. Show en vivo y en directo, aquí y acullá. Y los medios, como lo previera Mac Luhan, "vehículos —o vehiculando— la dictadura" (la misma que pauta). Gobernantes-actores, de derecha y de izquierda. Vanidad de vanidades, condición humana (menor, bien entendido). Con pantalones y con faldas, ambos portadores igualmente estridentes, posando o "posudos". William Shakespeare, que sí sabía de teatro, consideraba que el teatro es la suprema medida y no como una parodia. Parodia, voilà el término.
Parodia y comedia que es tragedia para los que esperan con impaciencia y esperanza poder salir pronto no a la calle, sino a poder acompañar a sus muertos en los funerales negados por el poder, la necesidad o el miedo; en todo caso, negados. Entonces, la política siempre ha sido espectáculo; pero el show de las vacunas la ha convertido en comedia, lugar tradicional del ridículo. La media-política, "pautada". ¿Y de los espectadores qué? Pues ciudadanos fastidiados del mal show de malos actores siempre en representación, en permanente exhibición. Simples testigos pasivos y manipulados por esta exhibición permanente. Además, rogando para que el abuelito pueda ser vacunado cuando se apaguen las luces del gobernante-actor que más que aplausos merece que le den tomates...
Aclaraciones:
1. No se refiere ella a ningún gobierno o gobernante en particular. Lo allí expuesto es algo que viene ocurriendo en todo el planeta, incluido el Primer Mundo. Es lo que he percibido leyendo prensa de muchos países.
2. Sí molesta que se abuse tanto de la sobre exposición que se está dando con asunto tan vital (¿sagrado?) con las vacunas. Repito, mal universal.
3. Cuando llegaron las primeras vacunas al país, estaba al lado de una señora de 84 años de edad que quería dar saltos de felicidad y le pedía al televisor que se apuraran porque vivía con el miedo de morir sin "su" funeral en debida forma y al lado de sus familiares. Lo que me conmovió porque amigos y parientes se han ido sin este rito tan necesario.
4. Los de los tomates sí lo hice pensando en aquel muchachito que los tiraba con tanto entusiasmo y hoy practica un tanto lo que lo motivaba a ello.