Al fin y con complacencia se recibe la noticia publicada en El Universal, el día 11 de agosto de 2017, en la cual se reseña que el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano De la Rosa, “durante la instalación del Comité para la Coordinación Interinstitucional en la Gestión de Áreas Protegidas y Humedales de importancia estratégica para este departamento, propuso la creación de una zona supradepartamental, entre Atlántico y Bolívar, para ampliar el hábitat del mono tití cabeciblanco, especie endémica del Caribe colombiano”.
No obstante aplaudir la iniciativa, por lo que ella representa en términos de conservación y porque no muchos políticos y menos aún los regionales, muestran su afinidad por estos temas y están dispuestos a invertir en ellos, es válido hacer algunas precisiones que quizá ayuden a darle una relevancia mayor al tema.
Saguinus oedipus (tití cabeciblanco) es una especie endémica de primate, cuya distribución coincide con los paisajes de mayor deterioro del Caribe colombiano, ocupante de bosque seco tropical, uno de los ecosistemas más vulnerados del país y más aún en su área de distribución. Considerado en peligro crítico por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) debido a la pérdida de más del 80% de su población original en los últimos 20 años; aunque a nivel nacional se le cataloga como vulnerable.
Se distribuye al noroccidente del territorio nacional, hasta los 1.500 m.s.n.m, en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Sucre, Córdoba, Antioquia y Choco; y se tiene como especie introducida en el PNN Tayrona. Por lo tanto, Gobernador, no solo existe en Atlántico y Bolívar, como se sabe y no sería ajustado a conocimiento científico, afirmar que: “En el mundo quedan alrededor de 6.000 y todos están en esta zona entre Atlántico y Bolívar…”.
Los datos disponibles de población total son inciertos, los números generales más recientes (Savage et al., 2010) (https://www.nature.com/articles/ncomms1030), muestran una población de 2.045 individuos en su zona de estudio y calculan la existencia en áreas potenciales de 7.394 individuos, lo que daría un total aproximado y preocupante de un poco más de 9.000 titíes de esta especie dentro de su área de distribución natural. Es decir, no todos están entre Atlántico y Bolívar, lo que hace que la situación sea mucho más grave de lo que parece. Por eso, su propuesta es tan valiosa, pero sería mucho más importante si se extendiera geográficamente y se conjugara con voluntades políticas regionales de conservación.
A manera de idea y solo para que la tenga en cuenta si la considera pertinente, Saguinus oedipus, por ser una especie en estado crítico, por sus características bioecológicas, su majestuosa belleza y el arraigo cultural que posee, podría ser considerada una especie emblemática y oficial del Caribe, y al mismo tiempo para efectos de conservación activa una especie sombrilla en áreas destinadas para tal fin.
Coletilla: mire usted una propuesta, invite a sus colegas gobernadores habitantes del área de distribución del tití cabeciblanco para que lo acompañen y busquen los recursos necesarios para proteger a esta especie y su hábitat; quizá también sea de interés nacional, porque con certeza si lo es de las CAR, entre ellas CARSUCRE, lo cual me consta.
