A los 16 años, Gloría Valencia tuvo que aceptar contra su voluntad un puesto como secretaria en el despacho de la policía en Bogotá, ganaría $180 mensuales. Mantenerse en una recepción seis días de la semana, era lo último a lo que hubiera querido dedicarse. Su pasión por la cultura y literatura la obligaba a leer el periódico a diario, ignoraba las noticias políticas o usuales masacres, su interés iba más allá y la obligaba a cerrar la prensa decepcionada de que tanto los medios de comunicación locales y nacionales eran incapaces de incluir en su contenido sus intereses. Gloría había llegado a la capital desde su natal Ibagué, Tolima por iniciativa de su mamá, una humilde costurera cabeza de hogar que buscaba mejores oportunidades para sus cuatros hijos.
En ese mismo despacho de la policía, Gloría conocería al hombre que la acompañaría en los próximos 65 años. Un viernes en la mañana, el abogado pronto a graduarse de la Universidad Nacional, Álvaro Castaño, entraría por el despacho de la policía al norte de Bogotá para trabajar en su tesis. Bajo su brazo cargaba el libro Estudios sobre el amor de José Ortega y Gasset. Gloria fue quien lo recibió en la recepción y al ver el libro que Castaño traía no pudo evitar sacar el mismo ejemplar que guardaba en su escritorio. Estudios sobre el amor y la pasión que tenían ambos por la cultura fue la excusa perfecta que los uniría en matrimonio tres años después en la madrugada del 14 de junio de 1947 en la iglesia de San Diego. Gloría nunca volvería al recinto de la Policía Nacional, Álvaro tenía mejores planes para ella y su voz potente, culta y fresca. Años después, Gloría aseguraría que Álvaro fue quien “la inventó” gracias a su devoción por la cultura.
Fue Álvaro el responsable de convencer a Gloría para que fuera la voz de su quijotada mayor: la emisora HJCK que se estrenó el 15 de septiembre de 1950, se mantendría 65 años al aire. Gloría se le medía a todo, limpiaba el lugar, servía los tintos, hacía libretos y era la voz. Por primera vez en Colombia, una mujer hablaba en la radio de temas impensables, Gloría narraba desfiles de modas y programas temáticos relacionados con el arte y la música. Al mismo tiempo, se convertía en la presentadora de iconos de la televisión como Lápiz Mágico (1954), primer programa comercial en Colombia y Conozca los Autores (1970-1979).
Gloría convenció a Álvaro para que entrarán de lleno a la televisión y que mejor que hacerlo por medio de un informativo ecológico. Pero la junta directiva de los canales nacionales los rechazaron pues no sabían a que se referían con programas ‘ecológicos’ y no desecharon inmediato la propuesta. Insistente, Gloría tocó las puertas de la embajada de Bogotá para que apoyaron su proyecto y terminó mostrando las películas e imágenes que Estados Unidos había donado a Colombia ante los ojos de las directivas de los canales. En 1974, Naturalía fue estrenado, con Gloría como su presentadora, se convertió en el primer programa en el continente que trataría temas de una minoría: cuidado de la naturaleza, medio ambiente, especies nacionales y en vía de extinción. Sus televidentes se aprendieron de memoria su lema “la historia de los animales y los animales en la historia”. En esa época no existía ni Discovery Chanell que sería fundado en 1982, Animal Planet en 1993 y Nat Geo en 1994. Naturalía sobreviviría a tres décadas en el horario del Prime Time.
No pasó mucho para que Gloría se ganara el cariño de los televidentes, un afecto que traspasó la pantalla, la reconocían en la calle y no aguantaban acercársele para agradecer por mostrarles un mundo desconocido para ellos hasta el momento. Con ayuda de algunos televidentes y el profesor de la Universidad Nacional Hernando Arias, Gloría creó la Fundación Parques Nacionales. Sin el aporte de Gloría, la devastación ecológica que ha vivido el país sería peor. Los jóvenes y estudiantes la adoraban y le enviaban cartas y una foto al programa para que Gloria les mandará de vuelta un carné autografiado que los certificaba como Amigos de la naturaleza. Algunos recibieron su primer balón gracias a ella. Sin embargo, Gloría guardaba cierta nostalgia pues la televisión no era a color y los colombianos no podían apreciar la majestuosidad de las imágenes que luchaba por conseguir en el exterior. En 1976, su anhelo, por fin, se hizo realidad y el programa de la Primera Dama de la televisión –como empezaron a llamarla- se potenció. El logró más grande para Gloría fue cuando trajeron al comandante Cousteau a Colombia.
Gloría no podía evitar ponerse nerviosa cuando entrevistaba a grandes personajes de la literatura, arte y la música en sus programas. Una zozobra que sabía disimular a la perfección pero que solía sentir una y otra vez cuando estaba frente a frente de grandes como Jorge Luis Borges, Jacques-Yves Cousteau y Ernesto Sábat. Gloría se rehusaba a entrevistar a sus grandes amigos ya que sabía mucho de ellos.
La amistad entre Mutis y Gloria inició por el afecto de ambos hacía el Tolima y amor por la poesía. Gloria y Álvaro fueron íntimos durante 60 años y le tenía un cuarto asignado en la casa de la familia Castaño. Una casa que guardaba colecciones de recortes de historias de los animales que salían en los periódicos y libros de animales fantásticos. Evitó a Álvaro Mutis durante décadas cuando por fin lo entrevistó sintió que fue una de sus peores entrevistas y sus acongojadas palabras fueron que no se podía establecer un diálogo cultural con un autor porque siempre se salía perdiendo. Gloría tampoco se atrevió a entrevistar a Gabriel García Márquez, lo planearon pero la conversación nunca se concretó, Gloría sabía mucho sobre la intimidad del escritor.
El momento más difícil para Gloría fue cuando la artritis se apoderó de sus manos. Para aquel entonces, presentaba Esta noche sí (1991-1998) del Canal RCN, un programa en el que se sentía como en casa. Era dirigido por su hijo Rodrigo, en el set la acompañaba su hija y Camilo Pombo. Gloría debía esconder las manos por que le daba pánico que las cámaras captaran la artritis que ya no podía disimular. Un viernes de marzo de 2011, la primera dama de la televisión falleció, diez años después su hija Pilar y nieta María López cuentan ‘Gloria en Colores’ las memorias de la primera dama de la televisión.
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