Por Roberto Romero Ospina
Miguel Maza Márquez, en una declaraciones para un libro en preparación sobre las víctimas del terror de los carteles de la droga, afirma que el cambio de la escolta Luis Carlos Galán, pocas semanas antes del atentado que acabara con su vida, se hizo a petición de Gloria Pachón.
El general Maza, en esa época director del DAS y hoy preso enfrentando un juicio en la Corte Suprema de Justicia, acusado de participar en la muerte de Galán, le señaló a este periodista en noviembre pasado, que la única relación que tuvo con la familia del candidato fue cuando el presidente Barco lo llamó a Palacio para hablar de la escolta del jefe liberal.
“Estando yo en mi oficina me llamaron de Palacio para tratar unos asuntos. Allí estaba Barco y el doctor Galán; el presidente me dice que atienda al candidato pues tiene un problema con un escolta”, recuerda Maza.
Galán le aclaró que el inconveniente es que ‘usted me tiene en la escolta un muchachito, muy joven, que nadie le para bolas, y además mueve mucho la lengua llevándole chismes a Gloria’.
El ex jefe del organismo de seguridad y a quien le tocó enfrentar el terror de los carteles en los años ochenta y parte de los noventa, le subrayó a Galán que los escoltas no pueden inmiscuirse en la vida privada de los personajes.
Maza indica, entonces, que se fue al DAS y habló de inmediato con el jefe de protección para que solicitara una cita con Galán para solucionar el asunto. “Hasta ahí llegué yo, ‘pero como Gloria Pachón, su mujer, es una persona muy celosa a lo mejor pensó que usted le estaba haciendo el cuarto a Galán y ahí empezó todo’”, dice. refiriéndose a unas palabras del doctor León, quien fuera su siquiatra pues necesitó de ayuda sicológica por las secuelas que le dejaron tantos atentados.
Anota Maza que cuando a lo llaman a indagatoria después de 20 años, no se refirió al asunto, pero que leyendo los expedientes, notó que dos meses después del asesinato de Galán, ocurrido el 18 de agosto de 1989, Gloria Pachón declaró ante un juez de orden público que sí pidieron el cambio de la escolta.
Interrogado sobre la detención injusta de Hazbún y otras tres personas acusadas de ser autores del crimen y liberados dos años después, Maza enfatiza que no tuvo nada que ver con ese montaje.
“Después de la muerte de Galán, hubo toda esa connotación mundial. La Dijin, al mando del coronel, en ese entonces, Peláez Carmona, después de un proceso de inteligencia habló con un juez penal militar quien ordenó el allanamiento, a nombre de ese organismo policial, a un mezzanine de la avenida 19 con cuarta donde es detenido Hazbún y tres ciudadanos más que pasaron a órdenes de la justicia, pero le repito, eso fue la Dijin y yo no tuve nada ver que ver en eso, sin embargo yo estoy preso y Peláez Carmona libre en su casa”.
Al ser preguntado por su posible conexión con el cartel de Medellín, que casi todos dan como autor del magnicidio de Galán, Maza Márquez hace un breve repaso de cinco situaciones que demostrarían que él era el enemigo número uno de Pablo Escobar.
Recuerda que el primer atentado que le hicieron a su familia fue contra un hermano médico en Santa Marta, cuya casa fue atacada a tiros. “El mensaje era claro y tomé las medidas del caso”, dice.
El segundo fue a través de un libro que le enviaron. Los encargados de explosivos detectaron que era una bomba, pero no tomaron las medidas y perecieron. “Si me estalla a mí vuela todo el noveno piso del DAS conmigo también”.
El tercero, repasa, fue el ataque con el carro bomba en la calle 56 con carrera séptima en Bogotá que dejó siete muertos y “del cual me salvé de milagro”.
El cuarto contra edificio del DAS, que todo el mundo conoce, con más de 70 muertos. “El quinto hubiera sido el peor del mundo porque a las siete pasadas de la mañana, colocaron un camión lleno de papel higiénico casi enfrente de mi casa. Un escolta observó la situación y alcanzó a ver una mecha que prendía; a esa misma hora entraban centenares de niños al Liceo Francés. El vehículo estaba cargado de explosivos”.
Maza recrea un pasaje del libro del hijo de Pablo Escobar donde escribe que es imposible que el general fuera amigo de su padre pues este lo odiaba hasta el punto que estuvo buscando a la enfermera que lo atendía, cuando estuvo enfermo, para envenenarlo.
El cartel de Medellín realizó un primer atentado contra Galán cuando éste llegaba a Medellín. “El vehículo utilizado fue inmovilizado. Tenía placas del eje cafetero y falsas para achacarle la culpa del crimen al cartel de Cali; esa era la estrategia de Escobar”, dice Maza, acotando que no tiene ningún asidero achacarle la culpa del crimen al cartel de Cali como ahora expresa un hijo de Galán que lo acusa de haber trabajado para dicho grupo mafioso.
En ese vehículo iban Luis Carlos Galán, Horacio Serpa y el teniente Torregrosa. “Si no les hubiera fallado el rocket todos hubieran muerto, incluido Torregrosa que ahora inculpan de haber sido aliado del cartel de Medellín y partícipe del crimen de Galán; cómo iba a ser su aliado”.
“Acuérdese usted que en la confesión de Popeye ante la Corte, anota que sí se reunieron Pablo Escobar, El Mejicano, Gaviria, el primo de Pablo Escobar, para tomar la decisión de matar a Galán fracasado el intento del 30 de mayo de 1989 en Medellín, a través de un rocket al carro donde iba Galán”.
Concluye que esa misión se la dieron al Mejicano, aliado de Escobar, que actuó a través del sicario Jaime Rueda Rocha, autor material del crimen de Galán y dado de baja por la policía en el Magdalena Medio tras escaparse de la cárcel. La ubicación de ese criminal se la dio el director de El Tiempo, Hernando Santos, -que la recibió de un informante- al jefe de la Policía, general Gómez Padilla, concluye Maza Marquez.