Se eleva el tono de confrontación política entre Colombia y Guatemala.
El presidente del país centroamericano, Alejandro Giammattei, llamó a la “cordura” a su par colombiano, Gustavo Petro, al tiempo que se refirió a él con calificativos como “guerrillero” y “traficante”.
Las declaraciones de Giammattei se produjeron este martes 17 de enero luego de que una investigación del Ministerio Público del país centroamericano señalara que Velásquez cometió actos "ilegales y abusivos" mientras se desempeñó como director de la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), al aprobar presuntos acuerdos de cooperación anómalos con dos directivos brasileños de Odebrecht en 2017.
Los señalamientos contra uno de los hombres más reconocidos en Latinoamérica por la lucha contra la corrupción despertó el fuerte rechazo de Bogotá.
Pero Giammattei, recalcó a Petro que se trata de una investigación y no de “una persecución penal”.
“Voy a dejar que el presidente Petro siga cometiendo el error de un guerrillero, pero que es poco político. No voy a caer en el juego. Las diferencias entre las naciones deben ser resueltas por la vía diplomática para evitar que los conflictos escalen después a lugares donde ya es difícil salir”,sostuvo Giammattei en una entrevista con EFE en Madrid, España.
El mandatario guatemalteco fue más allá y reprochó presuntas acciones cuestionables de la Administración de Petro, al recalcar que su nación cree en la independencia de la Justicia.
“A diferencia de allá (Colombia), hasta donde sé, y no me meto en los asuntos internos de los países, están dejando libres a narcotraficantes, a personas que asesinaron gente durante el conflicto armado, allá ellos y su Justicia, en mi país si algo hemos procurado es la independencia de los poderes del Estado”, afirmó Giammattei.
Sin embargo, Velásquez, un político y exfiscal de 67 años, propinó fuertes golpes a los esquemas de corrupción en Guatemala cuando dirigió la Cicig, creada en 2006 por un acuerdo entre Naciones Unidas y el entonces Gobierno de ese país. Motivo por el que tanto el Gobierno colombiano como organizaciones de derechos humanos apuntan a una posible “revancha” contra el hombre que hizo tambalear las estructuras irregulares en el poder de la nación centroamericana.
Pese a las fuertes palabras que tuvo este martes contra su par colombiano, Giammattei señaló al Gobierno de Petro que las diferencias deben ser resueltas por vía diplomática.
Petro defiende a Velásquez y Guatemala critica el "exabrupto"
La noticia, que se dio a conocer el 16 de enero, despertó una reacción inmediata del Gobierno colombiano. El presidente Gustavo Petro cerró filas en torno a su ministro y aseguró que "jamás" aceptará "la orden de captura" del ministro.
"Nosotros no vamos a permitir que (Velásquez) sea atacado por lo que ha hecho, sea perseguido por su lucha contra la impunidad, sea acorralado por quienes ejercen esa impunidad", sentenció Petro a su llegada a Zurich, Suiza, donde asiste al Foro de Davos.
"Si Guatemala insiste en apresar hombres justos, nosotros no tenemos nada que hacer con Guatemala", concluyó.
Este martes 17 de enero, el Gobierno guatemalteco emitió un comunicado en el que rechazó "el exabrupto del Gobierno de Colombia hacia la Justicia guatemalteca" y lamentó que Petro convirtiera en un tema "político" lo que era simplemente "de orden legal", "tomando decisiones abruptas sin seguir los pasos diplomáticos correspondientes".
"Guatemala reitera el respeto de la institucionalidad democrática, del Estado de Derecho y de la separación de poderes, y hace un llamado para que el asunto se resuelva por la vía diplomática y el diálogo", cerró la Administración guatemalteca, liderada por el presidente Alejandro Giammattei.
La lucha contra la impunidad de Velásquez, reconocida internacionalmente
La institución que dirigió Velásquez en Guatemala fue precisamente un organismo dedicado a investigar tramas de corrupción y grupos de seguridad clandestinos que, bajo su mandato, desmanteló varias estructuras ilegales que operaban en las instituciones públicas guatemaltecas.
De hecho, Velásquez ganó en 2018 el Premio Right Livelihood, conocido como el "Nobel alternativo", por su trabajo frente a la Cicig y en contra del abuso de poder y la corrupción en Guatemala.
Sus investigaciones tumbaron en 2015 al entonces presidente Otto Pérez Molina, condenado recientemente a 16 años de prisión por el caso de corrupción aduanera conocido como 'La Línea' junto a su vicepresidenta.
Esta lucha contra los poderes políticos guatemaltecos llevó a Velásquez en 2018 a la expulsión del país por el sucesor de Pérez Molina, Jimmy Morales.
Morales fue el presidente que, precisamente, decidió no renovar el mandato de la Cicig en 2019. Esta Comisión se había creado en 2017 a raíz de un acuerdo con las Naciones Unidas para apoyar la lucha contra la corrupción y la impunidad en el país.
La oenegé Human Rights Watch también salió a defender a Iván Velásquez, definió su gestión frente a la Cicig de "valiente" y aseguró que la investigación por corrupción de Guatemala "no tiene mayor sentido".
Según su lectura de la situación, que coincide con la de la Administración de Gustavo Petro, es que "la Justicia guatemalteca está cooptada por actores corruptos que buscan venganza por la valiente labor de la Cicig", en palabras de Juan Pappier, subdirector en funciones de HRW en las Américas.
Pappier insistió en Twitter en que "la corrupción está arrasando con los derechos humanos en Guatemala" y pidió una "condena" de la comunidad internacional.