A finales de la década del ochenta pocas personas tenían tanta influencia en la televisión como Germán Escallón. Su personaje de N.N y, sobre todo, el haber creado series como Amar y Vivir lo posicionaron como uno de los grandes maestros de la tv nacional. Su labor fue tan grande que le valió ganarse un Simón Bolívar. Treinta años después Escallón intenta ver el primer capítulo de la nueva versión de Amar y vivir y lo deja en la mitad, no le gusta, le parece una afrenta a lo que él hizo en 1989. Ni siquiera se da cuenta que su nombre no aparece como creador de la obra. Los amigos lo llaman y le dicen, él no quiere hacer nada, no pretende hacerlo. La rabia se la come por completo.
La primera aparición de Enrique Carriazo en televisión fue gracias a Germán Escallón. Cuando estaba en pleno apogeo el seriado sabatino N.N Escallón nutrió a la televisión colombiana con la sangre de los actores del Teatro La Castellana. En esa época ser teatrero era una cuestión de integridad. Muchos de esos intérpretes de Beckett, Ionescu o Calderon de la Barca consideraban una afrenta aparecer en la pantalla chica. Sin embargo la ley de mercado rige para todos y los salarios no podían discutirse. Además, al final de los ochenta, la televisión era un espacio para la experimentación y muchas veces para el arte. En esa época convergían en un set directores tan creativos y geniales como Carlos Mayolo, Bernardo Romero Pereiro o David Stevel.
Escallón tiene 59 años, una edad que en un país desarrollado es vida plena para un artista, y acá en Colombia ha sido borrado de papeles protagónicos. Afortunadamente para él existen las redes sociales y allí no han dejado morir episodios de N.N y, sobre todo, su recordadísimo rap de total vigencia treinta años después de haber sido compuesta:
A Escallón lo ha rescatado para la televisión Alessandro Angulo y su serie La de Troya que se emite por RTVC. Sin embargo ha tenido tiempo para escribir cinco capítulos de la serie que piensa relanzar. Es lamentable que ni Caracol ni RCN hayan estado interesados en lo que sería todo un hit teniendo en cuenta la crisis dramatúrgica que vive la televisión nacional. Germán Escallón conversó con nosotros.