Mientras el Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, daba palmadas en la espalda del Ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo por su cooperación inigualable, en Colombia, el comandante del ejército colombiano se lamentaba de la muerte de unos de los mayores sicarios al servicio del narcotráfico del país; Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye.
Y es que, en la reunión de los dos homólogos, Holmes manifiesta su agradecimiento a la policía y el ejército colombiano por proporcionar seguridad y protección. "Todos son héroes y les debemos nuestra eterna gratitud por proporcionar la seguridad que nos permite construir y mantener los valores democráticos, la libertad y los derechos humanos de nuestras naciones". Al mismo tiempo, su subordinado, el general Zapateiro, olvidaba a los uniformados que fueron asesinados por órdenes del mismo Pablo Escobar, jefe directo de alias Popeye, quien ofrecía por cada placa policial, dos millones de pesos y que su vez, tomó la vida de aproximadamente 600 uniformados al servicio de la Policía Nacional.
Por si fuera poco, Zapateiro, no intenta corregir sus acciones, desvinculándose de ellas, manifestando que la prensa ha tergiversado sus palabras. Si bien, Popeye al igual que todos, cometemos errores, deja en desconcierto las palabras del general por la muerte de unos de los sicarios quien confesó haber ejecutado a más de 200 personas.
Para finalizar, Zapateiro cierra con la siguiente frase, “somos seres humanos, somos colombianos”, que alguien le recuerde los colombianos asesinados con el compromiso social, ellos, también son seres humanos, ellos, son colombianos.