Una carta confidencial del general Javier Flórez, jefe del comando estratégico de transición, que iba dirigida al Dr. Sergio Jaramillo, en la que advertía de posibles actividades de las FARC que muchos conocen y no tienen nada de secreto, se metió la bota; seguramente son violatorias del proceso de paz. Al parecer, se pretendían realizar actividades políticas y de presión a las comunidades que están cerca de las zonas veredales, situación que se ha visto en redes sociales. ¿Qué dicen quienes vigilan la seriedad del proceso de paz? Eso fue lo que produjo la citación a la periodista de RCN Maritza Aristizábal para el 20 de junio 2017 a rendirle cuentas al general y denunciar las fuentes bajo la gravedad del juramento.
Es bueno recordar al general Flórez que la misión de los miembros de las fuerzas militares fue orientada a defender la soberanía, la independencia, la integridad territorial, proteger a la población civil y los recursos, defender la constitución política de Colombia. Los colombianos aprendimos que estas tres fuerzas y la de policía, nos protegen, son independientes, deben asegurar que los habitantes de Colombia vivan en paz y conserven el orden público. Ningún partido político, ni proceso de paz, ni gobierno es el dueño de ellas. ¿Cuál es la transparencia?
Olvidar que los periodistas deben ser respetados, como sus fuentes, fue una actitud equivocada que mereció la disculpa pública del general Alberto Mejía; quebrantar la formación militar que engrandece a quien porta el uniforme es degradante sobre todo en oficiales de alto rango. ¿Si hubiera sido un oficial que comienza la carrera ya estaría fuera del servicio? ¿Qué dirá el ministro de defensa?
La carta del general Flores dejó como ejemplo la extraordinaria difusión de este atropello a la labor periodística de los grandes medios, y me obliga a decir que un periodista de zonas alejadas, sin corresponsales en estos medios, la pasa diferente. La arrogancia y la subida del ego, con sus excepciones, ponen barreras a quien busca la noticia y espera ser respetado. La FLIP debe estar llena de quejas. Sin contar que algunos figuramos en fiscalías por injuria y calumnia, pero los casos no progresan. ¿Quién podrá defendernos?