La ofensiva militar de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) sobre la Franja de Gaza, que comenzó hace más de tres semanas, sigue cobrando vidas inocentes, especialmente de mujeres y niños. Casi 1400 palestinos han muerto desde el inicio de la Operación Margen Protector. Tan solo este miércoles, 16 civiles murieron cuando morteros israelíes impactaron la escuela primaria de Jabalia, administrada por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en el Medio Oriente (UNWRA). Según un comunicado oficial de esa organización, la gran mayoría de las víctimas eran niños y niñas que dormían en el piso de uno de los salones de la escuela, refugio improvisado para más de 3300 palestinos que huyen de la arremetida Israelí. "La ubicación exacta de la Escuela Jabalia y el hecho de que allí se alojaban personas internamente desplazadas fue comunicado al ejército de Israel 17 veces, para garantizar su protección; la última vez anoche a las 8:50pm, un par de horas antes del fatal bombardeo." Aún así, Israel ordenó el ataque.
Más allá de la imagen mediática, esta situación de violencia en la región no es nueva, como tampoco es la primera vez que se acusa a Israel de realizar ataques desproporcionados contra civiles inocentes en Palestina. Debemos recordar que la Franja de Gaza, junto con Cisjordania, forma parte del Estado Palestino -al que Colombia no ha reconocido-, cuyo territorio es ocupado militarmente por Israel desde 1967. Desde entonces Israel controla sistemáticamente la vida de los palestinos, ciudadanos de tercera categoría, aún en su propia tierra.
La Franja de Gaza, con una superficie de 360 km² -más pequeña que ciudades como Cali o Medellín-, alberga a casi 2 millones de palestinos que viven atrapados dentro de sus propias fronteras, pues nadie entra ni sale de Gaza sin autorización del ejército de Israel. Las condiciones de vida en Gaza son realmente dramáticas por cuenta de los cortes en el suministro de víveres, electricidad, combustible, mercancías y agua. La actividad productiva en Gaza es casi nula y más del 85% de sus habitantes sobrevive por la ayuda humanitaria de organizaciones internacionales. Israel se niega a respetar las normas básicas del Derecho Internacional Humanitario (DIH) que deben ser aplicadas en territorios ocupados. El apoyo de los Estados Unidos le ha servido para evadir más de 40 resoluciones sancionatorias del Consejo de Seguridad de la ONU debido a sus excesos como Potencia Ocupante.
La otra cara de la moneda. La opresión al pueblo palestino en Gaza y Cisjordania ha generado el surgimiento de grupos armados que rechazan la existencia del Estado de Israel. Por ejemplo, durante esta última ofensiva, el Movimiento de Resistencia Islámico Hamas ha lanzado más de 1000 cohetes desde Gaza contra el territorio de Israel, costándole la vida a 3 civiles inocentes.
¿Una salida negociada? Lamentablemente, aunque se negocie un alto al fuego a la violencia actual, es previsible que ésta no será la última operación militar de Israel contra el pueblo palestino. Es muy difícil pensar que los grupos yihadistas nacionalistas desaparecerán de la noche a la mañana, pues reclaman, como en el caso de Hamas, “el establecimiento de un estado islámico en la región histórica de Palestina”, algo que los Israelitas no están dispuestos a aceptar. Para nadie es un secreto que Israel, al mismo tiempo que negocia, intensifica la ocupación, por ejemplo, con la construcción de más colonias judías en tierra palestina y con la ampliación del muro de separación en Cisjordania. Esta doble moral está dispuesta a perpetuarse. Mientras tanto el pueblo de Gaza sigue bajo el fuego del armamento Israelí, “made in” los Estados Unidos de América.
Foto tomada en kalandia (Cisjordania) durante mi última visita a Palestina en 2010
