“La familia no surge de la mera procreación, sino que es el producto de un juego social en una cultura dada, y la sociedad no es una colección de sujetos‐individuos, ni la realización de una cultura preestablecida, sino un producto particular de la interacción sostenida de seres humanos que genera configuraciones relacionales dotadas de una estabilidad relativa” (Najmanovich, 2006: 72)
Esta semana mucho se ha dicho sobre el referendo que pretende realizar la Senadora Viviane Morales. Creo que nadie en el país es indiferente a esta noticia, y es inevitable no hablar del tema al interior de cada familia. Familias que por supuesto no están conformadas por mamá, papá e hijos, ¡no!, por supuesto que no. Son familias, integradas quizás por él o ella y su hijo, familias que no son el mismo tipo de familia de hace muchos años, y que lo más probable es que no correspondan al ideal que pretenden imponer.
A través de la historia, el núcleo social nunca ha sido el mismo, hemos pasado por ciclos evolutivos, los cuales nos permiten señalar o identificar cada época, por la forma de pensar, actuar, incluso de vestir. El presente no es la excepción, la vida, es decir el actuar humano, no se trata de petrificar, la vida misma es un fluctuar.
Quiero recordarle, Senadora, que hace muchos años las familias no podían ser conformadas por personas de distintas razas. Los matrimonios interraciales eran algo impensable, después vino la discriminación por clases sociales, y finalmente, nos encontramos hoy con la discriminación explícita a las parejas del mismo sexo.
Si miramos años atrás, a principios de siglo XIX nos damos cuenta que para una familia fuese considerada como tal, tenía que tener la bendición católica, y los hijos habidos fuera del matrimonio eran considerados bastardos. Luego, con el devenir del tiempo cambió ese concepto, para la gloria de muchos.
La población LGBT ha conquistado derechos a lo largo de la historia, y al igual que los “negros” y las “mujeres”, han obtenido victorias alrededor de la igualdad. ¿Bajo qué intereses vamos a hacer que una gran parte de la población pase a conformar nuevamente la categoría de “ciudadanos de segunda clase” solo por no reconocer la legitimidad y validez de una forma de amar?
El ideal de familia o el modelo de familia de hoy no es igual al de ayer, por la condición que vive la sociedad colombiana. Según informe presentado por Mapa Mundial de la Familia 2014, estudio en el que participó como co-investigadora la Universidad de La Sabana, encontramos que Colombia es la nación suramericana con más niños que viven sin ambos padres. Se calcula que por cada 10 menores entre 1 y 2 tiene está condición. Además, encontraron que Colombia es el país latinoamericano donde la gente menos se casa, la proporción de adultos casados, según el estudio, es solo del 20%. La cifra más baja a nivel mundial, y a nivel comparado en Sur América, entre el 12% (Chile) y el 38% (Perú) mantienen uniones de cohabitación, siendo este último el país con el mayor número de personas viviendo en unión libre a nivel mundial, seguido por Colombia (35%) y Nicaragua (30%). Por otra parte, señalaron que Colombia es el país con más madres solteras en el mundo. Entonces, ¿Sería justificable desconocer esta realidad?
No se puede desconocer el contexto donde estamos, el someter a un referendo que afecta y vulnera directamente a las minorías, no va de acuerdo al Estado Social de Derecho al que pertenecemos. A través del derecho no se debe coaccionar a la sociedad; se debe legislar de acuerdo a las necesidades de hoy, no podemos ser anacrónicos.
Sé que no pocos quisieran tener materializado este ideal familiar, pero no bajo el supuesto represivo, inquisidor que usted, Senadora, quiere imponer. Por tanto, no digo que su idea de familia este mal, ni mucho menos que deje de luchar, usted y sus adeptos, sobre su visión de familia; solo digo, que sean conscientes y consecuentes con las realidades sociales; no podemos legislar por un lado y que el pueblo camine por el otro. Porque de hecho, en el caso en que se apruebe el referendo, y usted obtenga la victoria, ¿de qué le serviría? Si debajo de la mesa, o no solo debajo de la mesa, enfrente de usted, se conformen los tipos de familias a las cuales usted les teme ¿O es que acaso hoy no existen?
Las familias homoparentales así como las monoparentales (madre/padre soltero) son igual de válidas a las familias tradicionales y, siendo de la misma manera legales, el Estado debe comprometerse no sólo a reconocerlas sino a darles un apoyo jurídico que les garantice los mismos derechos y los comprometa con las mismas responsabilidades.
Senadora, por supuesto que todos los seres humanos tienen influencia en sus conductas a partir del modo en que son criados, del tiempo y espacio que atraviesa su formación. Pero que quede claro esto, la orientación sexual NO está determinada por este entorno, con eso se nace. Y en el caso en que hubiese un menor, criado en una familia homoparental, que crece y afirma ser homosexual, en ese caso, Senadora, ¿estaría mal?
Si la población LGBT paga impuestos y las iglesias no, entonces que las iglesias cristianas y evangélicas paguen este referendo discriminador.