La carrera presidencial en Colombia, a celebrarse en el mes de mayo del año entrante, es decir en 8 meses, está comenzando a desmoronar opciones y obligando a imaginarse otras que no serían tan extrañas si este país no tuviera la tendencia a polarizarse para quedar dividido antes de empezar. Esta semana hemos presenciando la aparición del exministro y exrector de los Andes, Alejandro Gaviria, como nuevo candidato a ser candidato (apenas empezó a recoger firmas). Fué suficiente. Ha hecho girar la brújula y generado una reacción en cadena. Como su lanzamiento es fruto de una inteligente planeación de marketing, logró primero hacerse de rogar en público. De esa manera se trampolineó imagen publicitaria, al mismo tiempo que se fue blindando porque la indecisión a definirse llevó a que pocos midieran las consecuencias que desencadenaría si se lanzaba.
El hecho más significativo empero, es que su nombre como opción presidencial fue atacado inmediatamente desde todos los flancos,lo que puede ser indicador de éxito.En menos de 48 horas lo volvieron el trompo quiñador.Para Uribe y para Petro, curtidos en polarizar la política, las cualidades que puede tener Gaviria son mínimas frente al delito de haber sido ministro de Santos. Para los leguleyos de siempre, la acusación es que como fue abusivo como liquidador de Saludcoop buscan embadurnarlo. Para los devotos católicos es un peligro por ser ateo confeso. Lo cierto es que por una razón o por la otra lo catapultaron al tercer día de su lanzamiento como eje de las discusiones.
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Agota antes de nacer, al Nuevo Liberalismo y de frente a su paisano Federico
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El problema para todos y la esperanza para algunos, es que con Alejandro Gaviria puede volver a la presidencia un ciudadano que sabe escribir, que produce conferencias insoslayables, que es ingeniero aunque maneja y dicta cátedra de economía, pero en especial que le ganó la batalla a la muerte sin tener que disparar un tiro. Todas esas catalogaciones lo harán aparecer en breve como engatillado o intocable, quizás distante. Pero mientras tanto deja ya tendido en el piso de la primera curva a Sergio Fajardo porque a más de que envejeció como candidato,le arrebata el centro izquierda y lo deja sin apoyos ahora que la Corte le quiere pasar por encima. Agota también, antes de nacer, al Nuevo Liberalismo y de frente a su paisano Federico. Y como con su altivez visualiza un racionalismo repelente, pero efectivo, seguramente hará coro con la Cabal y su atrevimiento para construir desde extremos opuestos la trinchera contra Petro. Es decir, se trastornó la brújula y el que adivine para donde queda orientando la aguja, es un mago.