Es triste que deje la rectoría de los Andes, espacio desde donde está desempeñando un papel importante en la formación de los jóvenes, con un enfoque y orientación basados en valores y en la proyección y responsabilidad que le cabe a la academia para que sus educandos salgan comprometidos con las problemáticas socioeconómicas del país.
¿Y todo por qué? Por una candidatura que seguramente va a tener el apoyo de ciertos sectores de académicos e intelectuales y de otros grupos minoritarios, cuyo apoyo probablemente no le dará una opción real de ganar.
Ojalá, por lo menos, no vaya a cometer el error que cometió De la Calle de postularse por el liberalismo... De todas maneras, si decide lanzarse, considero que este gran hombre se aproxima al ideal de gobernante de Platón: el gobernante debe ser superior, un verdadero filósofo que por la autoridad de su saber y la rectitud de su justicia logre respeto y obediencia.