Luego de ver el primer capítulo de la novela Garzón vive me queda un sinsabor que me molesta, no era lo que esperaba, creo que no esperaba más. Tal vez esté acostumbrado a la forma en la que se realizan las series de televisión de Netflix, FX, FOX y demás.
Quiero centrarme en el hecho de que la novela haya iniciado con un personaje que tiene una personalidad conformada, más o menos, que da por hecho que todo el mundo conoce al periodista y humorista Jaime Garzón y que, de entrada, ya lo van a matar, como si no hubiera más. Tiene claros sus personajes como Heriberto de la Calle, Godofredo Cínico Caspa, pero no sabemos de dónde nacen y por qué. Puede que sea muy pronto para saberlo, pero también puede ser un punto de inicio para narrar la historia.
En cada escena se ve la forma de ser de Jaime referenciada por sus amigos y familiares de sacarle chiste a cualquier situación incluso cuando se encuentra bajo la amenaza paramilitar. Todo eso está bien, pero eso no permite desarrollar algo que creo importante, una relación entre el televidente y el personaje interpretado por Santiago Alarcón.
The Man on the Moon es la primera película que se me viene a la mente (respetando la diferencia de los formatos y el público al que se dirige), tuve que hacer un esfuerzo para recordar un poco del inicio de esta película recurriendo a vídeos, pero estoy seguro de que desde el inicio se lleva a cabo la intención de hacer preguntar al espectador quién es este personaje que intenta ser comediante, pero se ve tan estúpido.
El humor de Jaime Garzón y el de Andy Kaufman son de espectros diferentes; sin embargo, en la película se cuenta la historia del comediante partiendo de uno de sus shows para luego inspeccionar en la vida privada del personaje. De esa manera, hay un constante viaje entre estas dos facetas, dando a entender quién es y tal vez por qué se comporta de manera tan errática. Finalmente, creemos conocer a Andy, el comediante, el actor y el amante, lo entendemos, para luego verlo morir de cáncer hepático.
En la novela, empezamos con la vida de Jaime Garzón tan solo una semana antes de su asesinato, la razón, no la se. Este punto de inicio para narrar su historia no me parece el apropiado para decir #JaimeVive. La persecución y el asesinato no son algo reconfortante, ni mucho menos fresco en lo que concierne a la narración de muchas novelas colombianas que han tratado temas de violencia.
Muchos de nosotros los jóvenes no alcanzamos a conocer al humorista en vivo por medios como la radio o la televisión, sino a través de YouTube, reportajes y el discurso que le dio a estudiantes en la Autónoma de Occidente en Cali. Se habla de Jaime Garzón como el comediante y periodista bien hecho, no de la vida detrás del personaje a quien asesinaron pronto. Supongo después veremos en otros capítulos quién era Jaime Garzón, tal vez.
Finalmente, la actuación de Santiago Alarcón es resaltable, respeta las características de Heriberto, Godofredo y vendrán más, pero por lo poco que se ha visto conoce cada paso y movimiento de Jaime Garzón. Será esperar el desenlace de esta historia.