Algo debe de estar cambiando en Tuluá, para que el exalcalde, escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazábal, ponga de nuevo sus pies sobre el despacho que en dos ocasiones le sirvió de cuartel para dirigir los destinos de su pueblo natal, gestión que lo convirtió en el líder regional y nacional que puso a temblar las tradicionales estructuras del poder.
El inesperado encuentro se dio la mañana del martes 8 de noviembre, día en que el llamado ‘Oráculo de Tuluá’ decidió aceptar una invitación del actual mandatario Gustavo Vélez Román, con quien, si bien mantienen una relación cordial y respetuosa, la misma es distante, por lo que el encuentro generó cotarro en la comarca.
En esta oportunidad no ingresó con los bríos de las épocas en que gobernaba al Corazón del Valle, “llego con la lentitud de los años”, dijo. Sin embargo, no ocultó la alegría que le da sentirse asediado y querido por los tulueños, por ello saludo a todo quien se encontró en su camino por los pasillos del edificio, como en los viejos tiempos.
Y no es que ‘Gardis’, que últimamente ha estado muy insistente hablando de la muerte y del lugar que escogió para que entierren sus restos, el cementerio Libre de Circasia, esté recogiendo sus pasos. No, Gardeazábal regresó a la alcaldía para conocer de primera mano los Proyectos Estratégicos Urbanos que ese mismo día Vélez Román presentaría a sus coterráneos.
La última vez que el escritor de ‘Cóndores no entierran todo los días’ se refirió en voz alta y a través de los medios nacionales a los temas públicos de su ciudad fue en diciembre de 2014, para denunciar que alias ‘Porrón’ no solo extorsionaba a los ricos de Tuluá sino que había montado una máquina de terror que apretaba por igual a ricos y pobres, a tal punto que el mismo estaba amenazado por decir esta incomoda verdad.
De esos tiempos aciagos poco queda, el actual Alcalde en su primer mes de mandato logró acabar con los llamados ‘piques’ ilegales de motos, unas hordas de desadaptados compuestas por entre 300 y 400 motociclistas que recorrían las calles del pueblo sin Dios y sin ley, llegando a ocasionar varias muertes. Con el tiempo ha consolidado su promesa de seguridad, lleva tres meses seguidos reduciendo todos los índices de criminalidad.
Consultado por un periodista al ingreso al CAM, indicó, “continúo en el plan de no opinar sobre lo que ocurra en Tuluá, yo simplemente voy a oír al Alcalde y si es necesario que dé consejos los daré en privado, pero no voy a opinar, quiero mantener esa distancia”.
Fiel a su estilo frentero y burlón dijo “quise que fuera un encuentro público para que no se piense que nos reunimos para conspirar. Es muy grato poder volver a hablar de proyectos que ya habíamos discutido y coincidir, ojala que ese plan pueda tener toda la voluntad y la plata”.
Finalmente, el exalcalde no ocultó su satisfacción por la nueva cara que presenta el edificio del Centro Administrativo Municipal, con sus veraneras violetas resaltando sobre los blancos balcones, “en la vida uno debe de estar atento a servir al pueblo que le dio a uno todos los honores y Tuluá me los dio todos. Esta visita me genera añoranza”.
