Según el diccionario de la RAE, resiliencia es la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. Qué interesante que la resiliencia sea una de las capacidades por la que menos se ha caracterizado el Centro Democrático, como lo demostró el presidente del Senado y machista acérrimo Ernesto Macías.
¿Gallo o gallina? ¿Unión o división? ¿Realmente en qué piensa el Centro Democrático? Por un lado un discurso totalmente radical y polarizador, que instiga al odio. Por otro, un discurso sobrio y reparador, aunque poco persuasivo. Es claro que, no en este momento, como la mayoría de gente repite, sino a lo largo de toda la historia, Colombia ha necesitado paz y es evidente que con un discurso como el de Macías, o con una piedra en el zapato a quien rendirle cuentas, es imposible concretar puntos mínimos de acuerdo.
No hay respuesta a la pregunta esa de gallo o gallina. Prefiero una combinación de ambos, un presidente gallo que se autorregule y que gobierne sin patrones políticos, y un presidente gallina que sepa cuándo ceder y así sea por un minuto sepa cuándo callarse.
Iván Duque llega a la presidencia mal acompañado, y a pesar de que es joven políticamente carga con el lastre de estar rodeado de personas con un bagaje político cuestionable. Y aunque cuenta con la mayoría del Congreso a su favor, eso puede ser un arma de doble filo para nuestra democracia, pues es indiscutible que lo dejarán hacer, pero en ese dejar hacer está el problema. Dadas las circunstancias la oposición tiene la tarea de salvaguardar los valores democráticos.
En fin, ¿qué soñará un presidente en su primera noche en el cargo? ¿Qué pensará Duque? Como no hemos desarrollado la capacidad adentrarnos en los sueños de otros, nos queda suponer. Supongo, pues, aplicando PNL, que el nuevo presidente, y Dios quiera que así sea, estará soñando en cómo encontrar puntos de acuerdo, cómo tratar de unificar el país y tratar de que su partido aplique lo que predica.
No podría olvidarme de los sobresaltos. El clima y Uribe. En cuanto al primero, el tiempo nos mostrará si la lluvia imperará en el país los próximos cuatro años. En cuanto al segundo, esperamos que no lo sigan nombrando ni en el lobby del Palacio Real de Madrid, ni en algún otro discurso de posesión presidencial venidero.
