El director indio Vinod Kapri estrenó mundialmente su película Pyre en el prestigioso Festival de Cine de Tallin PÖFF, dentro de la sección oficial. Kapri señaló la profunda influencia que Gabriel García Márquez ha tenido en su narrativa, destacando cómo el autor colombiano marcó el espíritu de su obra. “Hay algo del espíritu de Márquez en esta historia, especialmente de su libro El coronel no tiene quien le escriba. Esa sensación de espera y resistencia está presente en mi película. Márquez y Kafka son mis héroes literarios, y sus obras inspiran todo lo que hago”, compartió Kapri.
Inspirada en historias reales y paisajes profundamente conectados con su narrativa, Pyre refleja el amor del director por un cine sencillo y auténtico. Aunque su entrada al mundo cinematográfico fue tardía, Kapri encontró en esta historia una oportunidad para explorar temas universales como el amor, la pérdida y la resistencia. “Mi entrada al cine fue muy tardía. Toda mi educación fue en escuelas militares en India porque mi padre estaba en el ejército. Durante 20 años trabajé en televisión, haciendo documentales, dirigiendo canales de noticias y gestionando equipos de cientos de personas. Pero después de ese tiempo, sentí que algo faltaba, que necesitaba contar historias a mi manera. Dejé mi trabajo en 2014 y comencé a hacer películas. Tenía 42 años en ese momento. Ahora tengo 52 y estoy contando historias que realmente me apasionan”, confesó.
La inspiración del cine iraní
Kapri también reconoció la influencia del cine iraní en su obra, calificándolo como esencial para su desarrollo artístico. “El cine iraní es como un dios para mí. Majid Majidi, Asghar Farhadi, Jafar Panahi... Todos ellos me han inspirado profundamente. Cuando ves películas como Children of Heaven (Majid Majidi), es increíble cómo logran narrar historias tan simples con un paisaje igualmente sencillo. Eso me motivó a hacer cine que sea auténtico y cercano a la realidad.”
El origen de Pyre
La génesis de Pyre se remonta a 2017, durante una excursión a Munsiyari, en el Himalaya. Allí, Kapri conoció a una pareja de ancianos que cuidaban un rebaño de cabras, un encuentro que lo marcó profundamente. “Los vi por primera vez mientras pastoreaban 30 o 40 cabras. Ambos eran muy vivos, llenos de energía. Les pregunté cómo era su vida, y el hombre me dijo: ‘Solo estamos esperando morir’. Me sorprendió su honestidad. Él quería morir primero para no quedarse solo sin alguien que le cocinara, y ella quería lo mismo, porque temía no tener quién la ayudara a recoger leña. Ese momento cambió mi vida. Esas dos horas de conversación y las fotos que tomé con ellos se quedaron en mi subconsciente. Sabía que tenía que contar su historia.”
Kapri explicó cómo esta pareja inspiró directamente la película: “Copié todo de ellos. Su vestimenta, su actitud, sus diálogos. Querían vivir, pero también estaban listos para la muerte. Ambos fallecieron después de ese encuentro, pero su espíritu está en la película.” Además, destacó un fenómeno preocupante en la región: “Muchas aldeas se están vaciando. La gente abandona sus hogares, dejando atrás lo que llamamos ‘aldeas fantasma’. Este fenómeno también está en el corazón de Pyre.”
La búsqueda de autenticidad en los actores
Kapri dedicó meses a buscar actores que representaran fielmente la realidad que deseaba capturar. “Busqué durante dos meses y medio en los Himalayas. Audicioné entre 30 y 40 personas. Mi único criterio era si podían hablar cómodamente con la gente. Encontré a mi actriz, una mujer mayor”, relató. Según el director, esta mujer apareció con un paquete de ramas al hombro mientras trabajaba y, al ver el rodaje, se ofreció como voluntaria: “¿Quieres una actriz? Soy actriz, dime qué quieres que haga.” Kapri quedó cautivado por su confianza. “Probé con una escena: su esposo muere y ella pide ayuda en la aldea. Fue impresionante. Sabía que era la indicada.”
Desafíos del rodaje
El rodaje no estuvo exento de dificultades. “La ubicación era hermosa, pero filmar allí fue muy complicado. No podíamos quedarnos en hoteles, así que acampamos cerca del lugar. El terreno era escarpado y aislado, lo que dificultaba mover el equipo. Aun así, el compromiso de mi equipo fue increíble. Cada miembro dio lo mejor para hacer posible esta película.”
Un cine auténtico y humano
Kapri reflexionó sobre su enfoque artístico: “No sé si soy un director convencional. Ni siquiera sabía cómo comandar un set al principio. Pero lo que sí sé es que quiero hacer cine que toque el corazón, cine que sea auténtico y fiel a las personas reales. Pyre es eso: una historia de amor, de pérdida y de humanidad en su forma más pura.”