Gabriel García Márquez en el país paisa...

Gabriel García Márquez en el país paisa...

Por el centenario de nacimiento de Manuel Mejía Vallejo en 2023, resurgió una vieja polémica: quién era el mejor escritor colombiano de todos los tiempos

Por: Hernando Villa Garzón
julio 15, 2024
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Gabriel García Márquez en el país paisa...

Con motivo del centenario del nacimiento de Manuel Mejía Vallejo en 2023, resurgió una vieja polémica sobre quién era el mejor escritor colombiano de todos los tiempos, o al menos del siglo XX.

Una vez más, escuché a uno de los más reconocidos intelectuales antioqueños afirmar que Mejía Vallejo era el mejor, sugiriendo que García Márquez podría ser uno de los más destacados autores costeños de Colombia. Gabito no siempre fue muy querido entre nosotros; aún hoy existen colegios en Medellín y Antioquia donde está prohibido o censurado.

La relación de GGM con Medellín y Antioquia fue esporádica. En 1954, tuvo que venir a cubrir una tragedia en Villatina, aprovechando para reunirse con su novia Mercedes Barcha, entonces estudiante interna en el Colegio de la Presentación en Envigado. Fue durante este tiempo que García Márquez concedió su primera entrevista, realizada por dos periodistas de El Colombiano, ya que sus cuentos habían comenzado a aparecer en El Espectador, el decano del periodismo colombiano fundado en Medellín por el antioqueño Fidel Cano.

Fue el antioqueño Alberto Aguirre quien lo editó por primera vez en 1961 con "El Coronel no tiene quien le escriba". Durante esta visita a Medellín con motivo de la publicación de su libro, García Márquez entabló amistad con otros escritores antioqueños como Arturo Echeverri Mejía y Gonzalo Arango. Se dice que existen fotos de su presencia en el café El Metropol. Por su parte, el escritor Pablo Montoya Campuzano, casi antioqueño, sostiene que la obra de García Márquez también hereda la tradición literaria que Tomás Carrasquilla impuso entre nosotros, al convertir en novelable lo que sucedía en nuestras aldeas y villorrios, aunque con un lenguaje  diferente al del cataqueño.

Además, el investigador Iván Rodrigo García Palacios sugiere la hipótesis de que García Márquez pudo haber sido lector de Fernando González de Envigado, dado su mutuo interés por el libertador Simón Bolívar. También es importante recordar que detrás de los personajes míticos creados por García Márquez, como el coronel Aureliano Buendía, se encuentra la sombra de uno de nuestros héroes malogrados, el general Rafael Uribe Uribe.

Gabriel García Márquez tuvo una relación cercana también con la presencia de su hermana Aida, quien trabajó durante muchos años como profesora en La Normal para Señoritas de Copacabana y fue testigo de la antipatía que su hermano escritor enfrentó en Antioquia. Incluso Doña Luisa Santiaga, madre de Gabito, decía que ella vivía más orgullosa de su hija monja que de su hijo escritor. Luego cambiaría de opinión, nobel mata cualquier madre superiora.

Recientemente, con motivo de la muerte de Fernando Botero, los periodistas recordaron cómo los dos personajes más famosos de Colombia se respetaban pero no se soportaban, cada uno celoso de la altura, pretensiones y tendencias del otro.

Sin embargo, varios antioqueños fueron amigos cercanos de GGM, como Manuel Mejía Vallejo, León de Greiff y Óscar Hernández, quien recuerda una conversación donde Gabo mencionó estar escribiendo una novela titulada originalmente "La Casa". Como Hernández también estaba escribiendo una novela con ese título, decidió dejarle el nombre a García Márquez y renombrar su propia obra como "Cristina se baja del columpio". Finalmente, García Márquez cambió el título original por "Cien años de soledad", después de que Álvaro Cepeda Samudio publicara su novela "La Casa Grande".

En una ocasión, Estanislao Zuleta mencionó que la obra de García Márquez no lo atrapaba porque era solo un producto del mercadeo diseñado para satisfacer el afán de exotismo europeo. Zuleta prefería autores como Thomas Mann o Jean Paul Sartre en la literatura.

Sin embargo, fue el antioqueño ilustrado, generoso y rico Hernán Marín Vieco quien ayudó a GGM en París durante sus tiempos de pobreza dorada. Según Plinio Apuleyo, Marín Vieco fue el gran mecenas de Gabo, lo que lo llevó a ser invitado a la recepción del Nobel en Estocolmo muchos años después. Marín Vieco es conocido por ser uno de los pioneros de la arquitectura social en Colombia, junto con Rogelio Salmona.

A pesar de la antipatía paisa hacia GGM, fueron tres antioqueños quienes se convirtieron en sus principales biógrafos: Dasso Saldívar con su monumental libro "Viaje a la semilla", que hizo que el Nobel comentara: "Si hubiera leído este libro antes, no hubiera escrito mis memorias"; Gustavo Arango con su obra "Un ramo de no me olvides", que narra las experiencias de GGM cuando trabajaba como reportero en El Universal de Cartagena; y el maestro Guillermo Ángulo con "Gabo más 8", sobre la vida de GGM antes de su fama. La periodista antioqueña Ana Cristina Navarro también realizó una entrevista magistral a García Márquez en 1995, transmitida en su momento por la televisión española.

Otros antioqueños también organizaron las mayores celebraciones en honor a García Márquez. Belisario Betancur, presidente de Colombia en 1982, encomendó a Gloria Triana y Guillermo Ángulo organizar toda la comitiva para Estocolmo. Al principio parecía una fiesta corroncha, pero no ha habido tal alborozo en el invernadero sueco desde entonces.

En 2007, durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española en Cartagena, Álvaro Uribe Vélez presidió la ceremonia para reconocer la grandeza del nobel colombiano ante reyes, políticos y 200 académicos e intelectuales de todo el mundo.

Esta fue la oportunidad para que Gabo finalmente se desquitara de Cartagena, la ciudad que tanto amó y que fue protagonista de muchas de sus historias, pero también donde alguna gente lo había humillado cuando rebuscaba sopa en casa de sus amigos y soportaba las burlas de todo el mundo por la pobreza y lo colorido de su ropa. Era tan atrevido el vestuario del joven escritor que lo apodaban “valor civil”, un apelativo que le había puesto el papá de uno de los más ilustres expresidenciables de Colombia: Ramiro de la Espriella.

La solidaridad de GGM con Antioquia y Medellín también se refleja en sus libros "Memoria de un secuestro" y "Vivir para contarla", donde describe algunos de los momentos más difíciles de nuestra historia y sociedad.

Es imposible olvidar dos de sus frases más célebres sobre nuestro drama, como la que pronunció tras la muerte de Andrés Escobar: "Lo propio de los colombianos es la desmesura, ante la victoria o ante la tragedia". Tampoco ignoró la debilidad del peor de los criminales: "Al más malo de los hombres lo pierde en su momento una debilidad del corazón". Preocupado por la suerte de su familia, Pablo Escobar pasó mucho tiempo al teléfono, lo que finalmente llevó a su ubicación y muerte.

El último regalo que GGM y su familia hicieron a Medellín fue la creación de un premio para el nuevo periodismo colombiano. La idea inicial era que este premio tuviera sede en la ciudad, pero con el tiempo la dirigencia empresarial perdió interés y la Fundación García Márquez decidió trasladarlo a Bogotá.

 La relación de Antioquia con GGM fue, por tanto, ambigua: por un lado, lo prohibía y censuraba, pero por otro lado, lo publicaba, aunque de manera pirata.

Fue en Medellín donde García Márquez descubrió que uno de sus grandes amigos lo estaba robando; sus libros originales apenas salían al mercado cuando ya se vendían copias piratas en las esquinas de la ciudad. La razón era simple: su amigo y sus empleados negociaban las planchas originales con editores piratas de Medellín.

Gabriel García Márquez fue, entre nosotros, un personaje de amores y odios. Hoy, tres instituciones públicas en Medellín llevan su nombre: el parque ambiental donde funciona TeleMedellín, el Parque Biblioteca GGM en la Comuna 6 del barrio 12 de Octubre y la I.E Gabriel García Márquez en la Comuna 6, Villahermosa. Fue Gustavo Arango, un antioqueño estudioso, gabólogo de corazón quien rescató de la orfandad su último libro "En agosto nos vemos".

Es una antioqueña, la cineasta Laura Mora Ortega, la escogida por Netflix para llevar a la televisión “Cien años de Soledad”. Muchos antioqueños volvemos a sus libros porque son parte de nuestra cultura e identidad. Muchos antioqueños decimos: "Gabito, cada vez te queremos más".

Taller de escritura A mano Alzada, Otraparte, Envigado.
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