Si los delitos de cohecho, dar u ofrecer con concurso heterogéneo con corrupción al sufragante y falsedad en documento privado a título de coautor tienen preso al gobernador Wilmer González y si está probado hasta la saciedad que esa es la única forma que saben hacer politiquería las roscas que se han mantenido en el poder y que han llevado a La Guajira donde está ¿Qué representa el gabinete departamental formado por esa alianza donde cada uno de ellos encarna a un sector que estaría interesado en recuperar lo invertido?
En 2014 Wilmer González obtuvo 95.727 votos y en 2016 con el apoyo adicional de la casa Ballesteros y Equipo Guajira, lograron 99.117. Dicha coalición en esta oportunidad invirtió muchísimo más dinero en el debate y sacaron mucho menos votos relativamente. Ahora fueron más con su ambición y poder depredador característico para repartirse la torta burocrática. Por eso fue tan difícil complacer a tantos pidiendo secretarías. Al parecer, la de educación era la joya de la corona; todos la querían. ¿Sería por los grandes contratos que se manejan en ella? Al parecer el mejor despachado fue el ballesterismo con salud y gobierno.
Fue tanto lo milimétrico del reparto, que para asignar Hacienda a alguien que también quería Educación, hubo que hacer la vaca entre Equipo Guajira y otros sectores políticos de Maicao. Incluso, hubo sectores inconformes a los que tal vez lo prometido fue inferior a lo recibido. De allí salió el infortunado comentario que la Secretaria General era para hacerle mandados a los demás secretarios. En resumen, todos estaban pendientes a lo que recibió el otro para comparar supuestos aportes al triunfo en dinero y especies. Así mismo, nuevos “líderes” que montaron precandidaturas con ínfulas de cacique, reclaman para sí el mayor aporte al triunfo en Riohacha. Cosa que ni Mandrake podría demostrar.
Evidente sí es la crisis de la politiquería en La Guajira con su mayor nivel de desprestigio. Cada vez le toca sacar más dinero para comprar votos y cooptar electorado y no hay principios, ni partidos ni ideologías. Tenemos líderes de la política tradicional que tal vez sean de los mejores ejemplos de la metamorfosis camaleónica que han pasado por el Liberalismo, Alas Equipo Colombia, Partido de la U y Opción Ciudadana sin cambiar un ápice su inexpresivo discurso. Ninguna de las casas políticas tiene un proyecto de región.
Independiente de lo que se decía y de la forma religiosa como se decía, invocando al Espíritu Santo y un Nuevo Tiempo para La Guajira, lo que se vio desde el inicio fueron intereses particulares en conflicto. En una administración seria el techo intelectual de los mediocres debiera ser el piso para el accionar de los competentes. Pero, en La Guajira no es así. Los idóneos terminan castigados por la politiquería y el campo queda despejado al maquinar de los mismos de siempre que harán lo mismo de siempre.
Al llegar un académico como gobernador encargado, convencido de que se necesita pensar la política de otra manera; y además, llega al poder producto de una crisis e intervención política por encargo presidencial, ¿Qué le toca, pues, a ese vetusto gabinete que representa la corrupción y la obsolescencia? Allí se presenta una disonancia cognitiva por la desarmonía entre las ideas, creencias, pensamientos y comportamiento del recién llegado, que entran en conflicto con un gabinete formado bajo el paradigma de la milimetría politiquera del poder repartido a pedazos.