Aprovecho el titular del presenta artículo, para indicar que el fúbol, el mejor espectáculo el mundo, como diría el finado Piedrahita, lo han convertido en un instrumento que produce entusiasmo y excitación, pero también produce somnolencia e incluso pérdida del conocimiento, donde algunos predicadores que ocupan posiciones privilegiadas lo utilizan como una herramienta para alivianar o hacer más llevadera la dura realidad que enfrenta día tras día el pueblo colombiano.
Un gol de Falcao trasmitido con gran emoción y con los más altos decibeles por el locutor de turno, sirve para olvidarse de que los días primero de cada mes, el valor de la gasolina aumenta de manera exorbitante, la mayoría de veces arbitraria, sin ninguna clase de consideración, ni articulada con el aumento salarial de los fieles trabajadores, que se hace una sola vez al año y siempre por debajo de los aumentos de los productos consumibles, que muchas veces se efectúan en reiteradas ocasiones durante el mismo año, sin el análisis racional de las consecuencias que genera este aumento.
Presentar un listado exagerado de jugadores con posibilidad de integrar la nómina definitiva de la selección nacional, se convierte en una excusa perfecta y posiblemente en el deporte preferido de nuestros compatriotas, para tratar de escarbar en el pensamiento del técnico y dilucidar quienes quedan, quienes se van y posponer inquietudes validas como por ejemplo preguntarle a los organizadores de la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a llevarse a cabo en la ciudad de Barranquilla, si hay posibilidad de aplazar o cancelar la realización del mismo, toda vez que en otras latitudes, eventos similares se han cancelado como un mecanismo para prevenir la propagación del Coronavirus.
Una infidelidad de cualquier jugador famoso trae como consecuencia cantidades de horas de trasmisión en vivo y en directo por televisión y por radio, en ocasiones hasta la repiten, donde los periodistas doctos en la materia opinan, se burlan, hacen chistes, maltratan y convierten a ese “buen jugador” en el ser más despreciable de la tierra e inmediatamente pasa a los últimos lugares en su listado preferente.
Horas de trasmisión de temas privados convertidos en públicos que mimetizan otros que deben ser abordados con entereza y gran preocupación como la galopante corrupción y el direccionamiento del futuro del grupo social del que hacemos parte.
En una búsqueda rápida en internet encontré que la televisión colombiana trasmite los siguientes campeonatos de foot ball: Liga Bet Play, Copa Libertadores, Liga Santander, Champions League, Copa Argentina, Copa do Brasil, Torneo Bet Play, Sudamericano femenino Sub 20, Concacaf Champion, Premier League, UEFA League, Europa League, Spor Toto Super Lig, FA Womens Cup, Copa Mundial Qaatar 2022, Liga de España, Liga de Italia, Liga de Portugal, Liga Pises Bajos, Liga de Francia, Liga de Bélgica y Liga de Ecuador, entre otros. Con toda certeza, si la búsqueda es exhaustiva, seguramente el listado aumenta.
Con una situación particular y es que algunos de los campeonatos enunciados, son transmitidos por sexo y por edades.
Como si fuera poco, trasmiten partidos en directo, lo que llaman la previa, programas dedicados a comentarios posteriores a los partidos, repetición de jugadas, entrevistas a protagonistas, peleas bizantinas entre comentaristas, en fin ríos de trasmisiones que sirven como narcóticos que adormecen al pueblo que se sustrae del análisis crítico de sus propias necesidades.