Fútbol 'made in China'. Demasiado revuelo y hasta escándalo han provocado en nuestro país las recientes contrataciones de futbolistas de alto nivel hechas por equipos chinos, con unos salarios altísimos y condiciones extras desde lo económico, muy favorables para los jugadores pero prohibitivas, inclusive para las ligas y equipos top europeos.
En Colombia esta crítica sin fundamentos serios y sensatos es tristemente liderada por pseudoperiodistas deportivos y por exfutbolistas doble moralistas, que nunca tuvieron esta oportunidad pero que, según se ha sabido, sí celebraban con desfachatez cuando eran 'patrocinados' por los jefes de los carteles de la droga en la década de los 90.
¿Acaso Guarín, Jackson, Montero, Gervinho, Ramires, Lavezzi, Demba Ba, Gio Moreno, Alex Texeira, 'tutunendo' Valencia, Tim Cahill, Asamoah Gyan o Robinho, cometen un pecado o un delito grave al querer asegurar el futuro económico propio y de sus familias de forma legal y gracias a su trabajo?
No se trata de justificar ni defender la decisión de cada uno de los futbolistas que emigró a la China (considero esto innecesario), pero los números los avalan ahora y los proyectan de cara al futuro. En lo que va del 2016 la Súper Liga China ha invertido en jugadores más de 300 millones de dólares, convirtiéndola en la liga que más dinero ha gastado en el mundo. A esto debemos sumarle lo que ocurre en la segunda división de ese país ya que ha invertido en compra de jugadores más dinero que la Liga de España o la Ligue 1 de Francia, solo por dar un par de ejemplos.
En el fondo de todo este 'boom' futbolístico que se vive en el gigante asiático, está el fanatismo por este deporte de su presidente, Xi Jinping, quien sueña y se empeña en convertir a su país en una potencia futbolera. Nada enseña más y mejor que el ejemplo, y por eso avala y apoya la compra de grandes figuras mundiales por parte de los clubes, alejándose esto de convertirse es un lugar de retiro para exestrellas. Las bases también se están fortaleciendo. La práctica del fútbol es una materia obligatoria en las escuelas y colegios chinos.
Cabe resaltar que los jugadores, así tengan aún un alto nivel de rendimiento, necesitan un serio liderazgo técnico y táctico, y ahí también se han producido grandes contrataciones. Actualmente se encuentran en la Liga China técnicos como Marcelo Lippi, Gregorio Manzano, Vanderlei Luxemburgo, Luis Felipe Scolari, Mano Menezes, Alberto Zacheroni y Sven Goran Erickson, nombres de peso que han estado al frente de algunos de los mejores planteles en la historia del fútbol, campeones mundiales y de clubes; toda una garantía.
La potencia económica China no solo invierte y fortalece su propia liga de fútbol, sino que también patrocina divisiones menores en varios clubes europeos y torneos de segunda división, como sucede con Portugal, condicionando esto a la contratación de jugadores chinos en esas ligas y equipos.
El deseo de superación en materia futbolística de los chinos es tan grande como el deseo de superación económica de aquellos jugadores que aceptan el reto de la aventura asiática, y está bien.
Ya no debe extrañarnos entonces que en las horas que quedan con el libro de pases chino abierto, se logren cerrar contrataciones aún más grandes como la de Yaya Touré, Radamel Falcao, Edinson Cavanni o el 'pipa' Higuaín.
¡El fútbol ahora es un cuento chino!
