Hace un par de días, la senadora María Fernanda Cabal volvió a ser noticia por sus controversiales declaraciones. Esta vez alegó que no podíamos estar confinados de manera indefinida o hasta que haya una posible vacuna para el COVID-19, pues ella considera que no se puede condenar a la ciudadanía al hambre y a los empresarios, a la quiebra de su patrimonio.
Confieso que en este momento me siento como Jessi Uribe en un auténtico mar de confusión y desaciertos, pues no se sabe a quién creer respecto a los cuidados necesarios frente a la pandemia, a la duración de la cuarentena y a la identificación de la población de riesgo ante el coronavirus.
Pero me centraré en algunos aspectos relevantes que se sobreentienden de las declaraciones de la senadora Cabal. En primer lugar, manifestó que era posible que muchas personas en Colombia ya hayan sido contagiadas sin saberlo y superado la enfermedad, creando en sus cuerpos las defensas inmunológicas necesarias para evitar un nuevo contagio. Ante esa afirmación, es necesario que la senadora revise la edición del 25 de abril de 2020 de semana.com, donde se publicó un artículo que expone la opinión de la OMS, en el entendido que esta institución considera que no hay pruebas científicas que demuestren que las personas contagiadas y curadas son inmunes a una nuevo infección del COVID-19.
Seguidamente la senadora afirmó lo que muchos hasta ahora creemos y es que el nuevo coronavirus es potencialmente mortal para personas mayores de 70 años y con enfermedades pre existentes. Para nuestro pesar, días antes, el 21 de abril del año 2020, la BBC publicó en su portal un informe sobre las posibles teorías que explicaban por qué el coronavirus podría ser potencialmente mortífero para la población joven. Posteriormente, el 24 de abril, The Washington Post emitió un informe en el que se hacía público que varios pacientes sanos de entre 30 y 40 años que habían contraído COVID-19 estaban sufriendo accidentes cerebrovasculares (derrame cerebral). El mismo día, The New York Times publicó que esta enfermedad puede ser asintomática, pero que ataca de forma silenciosa a nuestros pulmones, manifestándose en muchos casos cuando ya contamos con una fuerte infección en esos órganos.
En este momento no otorgo credibilidad total a ninguna institución ni gobierno, pues desde el origen de esta enfermedad hasta las diferentes direcciones que han tomado varios estados y actores internacionales solo se es evidente una descoordinación global. Sin embargo, en algo sin coincido con la senadora, debemos atender a los índices, a las cifras, a datos objetivos que nos den el derrotero para actuar como sociedad.
Sin que estuviese en sus agendas, desde el exterior le respondieron a la senadora.
