Hay despistados que piensan que la X está de moda. Esta relativa famita de la susodicha letrica puede provenir de dos ideotas estrambóticas. Una de Elon Musk y otra de la OMS.
¿Por qué digo esto? Al momento te cuento y comento.
Su motivo tuvo el probretón de Elon Musk ─está pensando en el desayuno de mañana─ para trastocar el risueño pajarito azul por la anodina crucecita negra. Quizás es para reivindicar la abreviatura de Cristo en griego antiguo, idioma en que se consideraba signo sagrado. ¡Ey!, aprovecho el espacio para denunciar que mi cuenta exTwitter está suspendida desde hace rato bien ratón. Ni idea del porqué. Poco la usaba, así que el servicio de microblogueo del par de rayas cruzadas puede irse a la quinta porra en lo que a mí respecta. ¡Fuera X!
Por otra parte, hace unos seis años la OMS, Organización Mundial de la Salud ─filial de la paquidérmica ONU─, tomó este grafema para designar una probable peste global suelta de madrina. Uno imagina que, entre bambalinas, estaban enterados de que algo malo iba a pasar porque, al año siguiente, apareció la pandemia del cóvid-19. Bastante sospechoso…
“Enfermedad X… es el nombre que fue adoptado por OMS en febrero de 2018 en su lista corta de enfermedades prioritarias para definir un patógeno hipotético y desconocido que podría causar una epidemia futura.”
Lo anterior lo tomo de Wikipedia, portal enciclopédico cuyo denominativo contiene otras dos letras tipo Bibi, o sea de las raras ─hago alusión al personaje de la actriz y cantante mejicana Regina Blandón en la familia P. Luche─, como son las radiales W y K. Digo radiales por la W reidio y la mandamás rumbera, La Kalle. Vale anotar que también está, aquí en nuestra Vacatápolis-Vacatá-Bogotá-Atenasur, la radioemisora La X, 103.9 FM… ¡más música!
Opinando a contravía, contracorriente y contrapié, creo que la X entrará en una crisis esistensial. Cambié la segunda letra y la octava a propósito. Nada pasa en cuanto a la pronunciación. Nada. Tú sabes, oigo otro tambor…
X es, sin lugar a dudas, una letrucha dinosáurica a la que podemos tirar al cuarto de San Alejo cual escoria-trapo-esperpento viejo, puesto que es traste, arrastre y lastre del bloque ochochimborrio b-h-k-ll-q-w-x-z.
Ya se la canté a mi amiga filósofa-lingüista Ana Liza Barliza:
―Analiza con sana crítica y verás que tengo la razón pura.
Son siete repetisónicas más la muda. Sobreviven sin ton ni son.
Descartables de tajo. Me saben a gargajo. Dedo abajo y ojalá pronto se vayan al carajo.
La V reemplazará la B.
Una C de fuerte sonido frente a todas las vocales ─como en latín─, le dará un cascarazo a la K. En esta misma línea, desaparecerá el dígrafo QU.
La Y tomará el doble puesto de la LL.
La U desplazará a la W, otra doblada.
La S ―o CS― a la X.
La S también desalojará a la quebrada Z.
La H ni fu ni fa. Es la inservible muda. Desaparecerá y punto.
Se viene tratando el tema desde épocas inmediatas a la independencia de excolonias de España en nuestro continente Aviayala. En 1843, el intelectual Andrés Bello ─que fue tutor de Simón Bolívar─ propuso, entre otras cosas, eliminar la «h muda», asignar a «g» solo uno de sus valores y solucionar la diferencia entre «b» y «v», entre otras modificaciones.* Una propuesta actual puedes verla en El curveñol y 10.000 palavras del curveñol, dos cortos libros que están en la imprenta digital Autoreseditores.com. Por si te suena la idea.
Bueno, quizás te preguntes por qué escribo aquí en chapetoñol.
Tranquilo, amigo Camilo. Calma, camarada Alma. Vamos despacio, compañero Eustasio. Entre chanza y chanza iremos lejos, compadre Alejo.
Para mí ─y en cierta forma para Gabo y simpatizantes del cambio─, las letras mencionadas pueden desaparecer del mapa de una vez por todas.
Veamos párrafos de El curveñol. Los nombres propios van tal cual. Una excepción que confirma la regla. Aquí vamos:
En el Primer Congreso Internasional de la Lengua Española, 1997, en Sacatecas, Méjico, nuestro gran Premio Novel, Gabriel García Márquez, tomó el estrado para leer el testo Voteya de mar para el dios de las palavras, en el ce lansó orijinales incietudes sovre el idioma de Cervantes… Dijo entre otras cosas:
“En ese sentido me atrevería a sujerir ante esta savia audiensia ce sinplificemos la gramática antes de ce la gramática termine por sinplificarnos a nosotros… nuestra contrivusión no devería ser la de meterla en sintura, sino al contrario, liverarla de sus fierros formativos para ce entre en el siglo 21 como Pedro por su casa… Juvilemos la ortografía, terror del ser umano desde la cuna: enterremos las aches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la je i la jota…” *
En el canal Elvesinal, de YouTube, puedes ver un resumen.**
Rematemos con otro aparte de mi arte y parte:
Por tanto, el curveñol es la respuesta al casteyano ermético rejentado por la Reyal Academia Española, RAE. Asemos la diferensia entre reyal, del rei, i real, de realidad. Como dise el inno nasional: “Pero este gran prinsipio: el rei no es soverano…” En internet vemos videos en español a secas, o sea de España; ai otros videos en español “latino”; entonses el curveñol es el español yalino (por Avyalia o La Yalia, puesto ce para el vesiñol “Latinoamérica” es un várvaro anacronismo).
En este 2024 solo cuatro gatos mauyamos en curveñol.
Mañana, cién save.
(*) https://es.wikipedia.org/wiki/Ortograf%C3%ADa_de_Bello
(**) https://www.youtube.com/watch?v=4ixmGk9gFrk
