Antes de que Fuad Char tomara las riendas del Junior en 1972, era un equipo de poca monta. Nunca había ganado un título y solo había jugado una vez una Copa Libertadores. Cinco años después, a punta de chequera logró contratar a los mejores jugadores del continente a finales de la década del setenta: el brasilero Victor Ephanor, el argentino Juan Ramón “La Bruja” Verón y el uruguayo Julio Comesaña.
Fuad Char era el mayor de siete hijos del comerciante sirio Ricardo Char Zaslawy quien se habían asentado a principios de la década de los años treinta en Mompox desde donde enviaban a Siria unas morrocotas de oro sacadas de las minas de Marmato y con las que se trajo a sus nueve hermanos para Colombia, huyendo de la pobreza. Primero trabajaron como orfebres el oro, luego se dedicaron a las telas en donde un quinceañero Fuad vendía con poco esfuerzo, junto a sus hermanos Jadid, Farid, Simón, Mari y Miguel, los vendidos excéntricos que traían desde Asia.
Los Char amasarían su fortuna no importando ropa sino con los alimentos. A principios de los cincuenta, Ricardo Char compró el derruido almacén Olímpico en pleno centro de Barranquilla. Un año después de asentarse y empezar a hacer clientela Fuad, quien se alistaba para empezar a estudiar medicina, un viejo sueño, vio como Ricardo sufría un accidente que lo incapacito durante dos meses. Su mamá, Doña Erlinda, le entregó las llaves del almacén. Al principio, de mala gana, el joven de 17 años empezó a hacer cambios para adaptar al supermercado a los nuevos tiempos. Rotó los inventarios, todo con la idea de vender rápido y barato y así pagar las deudas a la mayor brevedad. Aunque los cambios funcionaron, a su papá no le gustaron y Fuad, ya a regañadientes, tuvo que dejar el almacén. Desde entonces desechó la idea de ser médico y se aferró a la de ser comerciante.
Dos años demoró convenciendo a su papá para que le diera vía libre y montar, en febrero de 1956, la droguería Olimpico No.2. La familia de sirios se adelantaban años al concepto de cadena de marca. A esta droguería vendría la tres, la cuatro, la cinco y la seis, cada una manejada por los hermanos Fadid, Jadid y Simón. Sin planearlo demasiado había nacido la Organización Olímpica.
La idea del viejo Ricardo Char se fue multiplicando gracias a la visión de Fuad. En 1968 compran una emisora en Soledad llamada Radio Regalos en donde transmitían tan solo seis horas de música. Tres años después se transformaría en la famosa emisora Olimpica. En los Supermercados vendían pollo así que fundaron Indunal en donde comercializaban huevos y pollos. A esto vinieron la fabrica de concentrado, la Arrocera Olímpica, la fabrica de plásticos Empaques Transparentes y la agencia de seguridad Vigilancia del Caribe. Constructoras, inmobilarias, Barranquilla era de los hermanos Char. Lo único que faltaba era comprar el Junior y Fuad lo hizo por consejo de su esposa Adela.
En el Romelio Martínez, el viejo estadio que hoy Alejandro, su hijo y alcalde actual de Barranquilla, se apresta a dejarlo como uno de los más modernos del Caribe, el Junior se convirtió en el Papá de los encopetados equipos capitalinos, Santa Fe y Millonarios, y en el del poderoso América de los hermanos Rodriguez Orejuela. Consiguieron su segunda estrella en 1980 y el espectacular repunte del equipo, que trajo incluso la construcción del estadio Metropolitano de Barranquilla en 1986, el más grande y tecnificado del país, hizo que en 1984 el entonces ministro de gobierno de Belisario Betancur le ofreciera la Gobernación del Atlántico. En los cuatro años que estuvo Fuad no se arrugó y como el mismo lo dijo :“Manejé la la gobernación como una tienda, con todos los controles. Y la plata rindió. Hubo con qué hacer obras. Barranquilla estrenó su estadio". En 1986 Fuad y sus hermanos se retiran de la administración directa de la Organización Olímpica y empieza a presidir sus juntas directivas. Char, en 1989 es nombrado ministro de desarrollo en el gobierno Barco en el que duró muy poco.
Los noventa fueron años felices para el Junior de Barranquilla. En 1993 formaron un super equipo con los ídolos Carlos Valderrama, Victor Danielo Pacheco y Oswaldo Mckenzie. Ese año logran la tercera estrella. Un año después quedan a las puertas de alzar la Copa Libertadores cuando perdieron por penales con el Velez Sarfield de José Luis Chilavert y en 1995 ganan la cuarta estrella. La felicidad en esa época se le truncó cuando la administración de Bill Clinton le canceló la visa a los Estados Unidos argumentando que no encontraban una explicación lógica al meteórico ascenso de los negocios de Fuad Char.
En el Senado se volvió un habitual: salió elegido en 1994,1998, 2002 y 2010. En el 2004 aspiró a ser presidente del Senado pero sucumbió ante Luis Alfredo Ramos. Su vínculo más fuerte fue con Cambio Radical, partido del que es directivo nacional.
El Junior ha vivido épocas difíciles en los últimos años. La última estrella la consiguió en el 2011. El año pasado, en septiembre, tuvo que salir abucheado del estadio Metropolitano porque los hinchas no soportaban más los malos resultados y no les gustó una declaración que el patriarca dio a la televisión en donde afirmó que el Junior solo daba pérdidas. Pero se resarció ante los hinchas y para el último semestre del 2017 decidió echar la casa por la ventana. Contrató por 5 millones de dólares a Teófilo Gutierrez y a Jimmi Chará. Hoy en día es, de lejos, el mejor equipo del Torneo Colombiano. A Teo le extendió un contrato para que termine su carrera en el equipo Tiburón. De Jimmy Chará, goleador del campeonato, se atrevió a decir que si Neymar vale 220 millones de Euros, a Chará no lo dejará ir por menos de 25.
Ambicioso, tosudo y triunfador, a sus 80 años Fuad Char sigue siendo un faraón. Barranquilla no tiene dudas de eso.
