Al ver correr a Froome, me acuerdo de Lance Armstrong frenando en la curva de una subida plena. Tienen tanta energía que pueden retrasarse un buen trecho, quedar en la cola del pelotón y luego empezar a ver la cara de sus rivales explotarse. La sospecha está pero no hay una sola prueba, solo rumores. La tecnología ha avanzado tanto que equipos como el Sky no dejan nada al azar. Además, ya pasó la época en que el ciclista se jugaba la vida inundando sus venas con Epo. No, ahora la trampa es diferente. Un dispositivo que acelera el ritmo de la cadena potenciando cada pedalada basta para ganar una gran vuelta. Los comisarios deportivos vigilan, con sus sensores, que cada bicicleta esté limpia. No se imaginan que los trucos son casi artesanales, que se incorporan solo en partes imperceptibles para las cámaras de televisión.
No podemos entender cómo Froome, después de atacar 12 veces en el pasado Tour de Francia, de completar los casi 300 kilómetros de la prueba de ciclismo de ruta en los olímpicos, que se dio una paliza para ganar la de bronce en la prueba de contrarreloj, esté en la Vuelta a España en inmejorable forma, dándole pasto a Chaves y a Quintana para después darles la estocada.
En la tercera etapa de la ronda ibérica nos sorprendimos con el gran nivel del 'Chavito'. El líder del Orica apenas sí se ha subido a una bicicleta después del Giro y ya demuestra un impresionante estado de forma. Nairo, en lo suyo, tratando de aferrarse a un terreno que no le viene del todo bien – a él le favorecen los puertos largos y no los cortos y explosivos- y Contador ya demostrando que los buenos tiempos pasaron hace rato. Parece que esta Vuelta a España va a ser un mano a mano entre el 'Chavito' de América y Froome.
Lo de Froome ya da rabia. Cada vez que puede se salta controles antipoding y, al parecer, como se vio en los Olímpicos, es el que manda en la carretera. Lo que quedará es pelear por el segundo lugar. Desde que Parra lo hizo en 1989 el ciclismo colombiano no pone a ninguno de sus corredores en el podio de la Vuelta. Lindo verlos a los dos, confirmando que serán, cuando Froome y sus trampas se retiren, el futuro del ciclismo mundial.