En la carrera Séptima con calle 24 se encuentra Yovana Ramírez una cocinera que se convirtió en la salvadora de los almuerzos "buenos, bonitos y baratos" de los que trabajan en la zona. Empezó el negocio hace tres años en medio de la pandemia, pero vendiendo arepas rellenas de queso con aromáticas en el madrugón de San Victorino. Las arepas se agotaban en cuestión de una hora y los comensales, que en su mayoría son vendedores ambulantes, le pedían comida de fundamento.
Yovana reemplazó las arepas por las sopas que vendía a 3 mil pesos, pero después de aprenderle el gusto a la gente del común, descubrió que el negocio estaba en los almuerzos que deben tener tres condiciones "bueno, bonito y barato". Así fue como terminó vendiendo una frijolada con espinazo de cerdo, arroz, tajadas y ensalada con agua panela que se convirtió en el corrientazo de los que trabajan en esta zona del centro. Por estos días, con el precio del frijol por las nubes, Yovana Ramírez vende frijolada únicamente los martes y los jueves, que se turna con otros platos como el pollo frito, la chuleta asada o el arroz con pollo.