Los buenos resultados de la economía no fueron suficientes para que Donald Trump lograra el fuerte espaldarazo que esperaba de los estadounidenses en las elecciones de mitad de periodo. Aunque los republicanos aumentaron su mayoría en el Senado (51 escaños con 2 nuevos contra 45 demócratas), la Cámara volvió a ser Demócrata después de ocho años ( 219 curules, 26 nuevas, contra 193 republicanas ), y con el control en sus manos, será la gran talanquera para proyectos como el muro con México o la liquidación de la reforma sanitaria de Barak Obama. Podrá, además, abrir investigaciones al presidente.
La larga jornada electoral que solo dio algunas certezas hacia la medianoche, dejó a los demócratas ganando a nivel federal con el 49.1 % de los votos frente al 48,5 % republicanos, reforzó el predomino del partido de Trump en las áreas rurales, levantó la cabeza a los demócratas aunque no tanto como para ser la “ola azul” que esperaban, y dio fuertes señales de una nueva era con más mujeres en el Congreso, un homosexual declarado como gobernador y dos musulmanas en la Cámara. El segundo tramo del mandato de Donald Trump no será la vía fácil que esperaba. Aunque haya escrito en Twitter: “Un éxito tremendo esta noche. ¡Gracias a todos!”.
