Francisco José Chaux Ferrer fue uno de los políticos, estadistas y diplomáticos chocoanos más importantes en el siglo XX, aunque sea un poco desconocido para las nuevas generaciones de chocoanos. Perteneció a una destacada estirpe de cuatro familias chocoanas de comerciantes, empresarios, banqueros, políticos, estadistas, diplomáticos, músicos, militares, escritores y humanistas. Nieto de Francisco José Chaux Paredes, abogado payanés y exgobernador del Chocó, y de la chocoana Adelaida Rengifo. Hijo de Víctor Chaux Rengifo y Marciana Ferrer Castro. Nació en Quibdó en 1889 y murió en Popayán en 1976. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad del Cauca, donde se destacó como profesor de derecho constitucional e internacional.
Inició su carrera política como concejal de Popayán (en 1914), diputado en la Asamblea del Cauca (1915-1916), representante a la Cámara y senador de la República (varios períodos), y presidente del Senado( en 1945). Además, fue embajador en Ecuador dos veces (de 1937-1938 y de 1958-1959), en Chile (1939-1941), en Perú (1941-1942) y en Venezuela dos veces (de 1944-1945 y 1959-1967). Fue miembro de la Dirección Nacional Liberal varias veces y se destacó como un agudo analista de la política nacional e internacional como columnista de prensa y un orador erudito, brillante y elocuente.
Pese a que desarrolló su trayectoria política en el Cauca, no rompió sus vínculos familiares y políticos con el Chocó. Fue otro de los líderes chocoanos que jugó un rol importante en las reivindicaciones chocoanistas y en el impulso de obras de desarrollo regional. Sin embargo, su labor ha sido ignorada y desconocida.
Por la tradición oral y la falta de rigor en materia de investigación histórica, y por los sesgos políticos y étnicos que se han estructurado desde el tercer decenio del siglo XX, hay una corriente racialista en la historia chocoana que busca con argumentos hagiográficos ocultar las trayectorias de varios chocoanos importantes.
Una especie de corriente política e intelectual que busca reescribir una nueva versión de la historia regional con controvertidas pretensiones de deslegitimar, ignorar y ocultar la importancia de gran parte de los líderes chocoanos del siglo XIX y parte del siglo XX con el fin de resaltar a otros. Enfoques históricos sustentados en la mayoría de los casos en falacias históricas y en aspectos racialistas carentes de rigurosidad en materia de investigaciones en fuentes primarias.
Aspectos bastantes controvertidos, en virtud de que no se debe buscar negar las trayectorias de algunos personales por resaltar las de otros, dado que el Chocó ha sido y es un crisol étnico de una sociedad multiétnica. Por lo tanto, se deben resaltar las trayectorias de todos los chocoanos importantes y sobresalientes de los diferentes grupos étnicos y políticos en sus justas dimensiones históricas y sin revanchismos étnicos.
En 1922, Francisco José Chaux, fue el orador que clausuró la Convención del Partido Liberal en Ibagué, donde se proclamó la candidatura presidencial de Benjamín Herrera. Su trascendencia en aquella convención más allá de ser el orador que cerró el magno evento liberal, radical que fue uno de los líderes políticos chocoanos que hizo que los convencionistas liberales aprobarán en el programa del partido liberal como una prioridad la creación del departamento del Chocó y el fomento de sus vías de comunicación con el interior del país. Dos puntos que fueron banderas en la campaña presidencial del candidato liberal Benjamín Herrera.
Fue por esas razones que durante la República Liberal (1930-1946) los liberales chocoanos en homenaje a la lucha que hizo Benjamín Herrera, para que el Chocó fuera departamento erigen su busto en la glorieta de la carrera primera con la calle 31 de Quibdó. Busto que fue derribado por orden del exalcalde de Quibdó, Francis Ceballos Mosquera, desconociendo el contexto histórico sobre las razones por las que el pueblo chocoano le rendía tributo.
Por su liderazgo político dentro del liberalismo, Francisco José Chaux, Gabriel Turbay, Eduardo Santos y Adán Arriaga Andrade, entre otros fueron de los primeros líderes liberales que en 1929 propusieron la candidatura a la presidencia de Enrique Olaya Herrera. Elegido Presidente Olaya lo nombró Ministro de Industrias y Trabajo, uno de sus grandes logros en esa cartera fue la creación de la Caja de Crédito Agrario (Banco Agrario), mediante la ley 57 de 1931 con un capital inicial de dos millones de pesos. Abel Cruz Santos, en su libro Francisco José Chaux y su tiempo, dice: “la Caja de Crédito Agrario implicó un cambio fundamental, una nueva orientación del Estado en favor de los agricultores colombianos, especialmente aquellos que no tenían posibilidad de créditos comerciales”. De allí que al final del de la administración de Olaya Herrera fue un banco bastante consolidado que había concedido más de 5.560 préstamos a empresarios del campo.
Uno de los grandes debates que afrontó Francisco José Chaux, durante sus cuatro años en su cartera fueron contra las políticas petroleras de la administración de Olaya Herrera, especialmente contra las multinacionales petroleras de Estados Unidos, debates que dividieron a la bancada de parlamentarios chocoanos, unos lo respaldaron y otros fueron fuertes muy críticos. En 1935, siendo senador en uno de los acalorados debates con Laureano Gómez, lo retó a batirse en un duelo a balas, pero el líder conservador no aceptó el desafío. Un episodio contrario cuando en la Convención de Rionegro en 1863, el caudillo liberal Tomás Cipriano de Mosquera desafió al exgobernador del Chocó, Nicomedes Conto y Ponto, a un duelo a espada y el líder chocoano se manó.