Muchos sectores se rasgan las vestiduras al escuchar hablar al papa Francisco, pareciera que Pacho hablara en alegorías. Esto me lleva recordar la parábola del sembrador, donde los discípulos le preguntaron a Jesús: ¿Por qué les hablas con parábolas? El Nazareno respondió: “les hablo con parábolas, porque cuando miran no ven, y cuando oyen, no escuchan ni entienden. Así se cumple en ellos lo que escribió el profeta Isaías: Oirán, pero no entenderán, y, por más que miren, no verán. Porque este pueblo, ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y taponado sus oídos. Con el fin de no ver, ni de oír, ni de comprender con el corazón. No quieren convertirse ni que yo los salve".
El papa francisco es el claro modelo de Jesús en la tierra. Es un líder que critica las enormes injusticias y desigualdades sociales que vive el mundo actual como: el hambre, la explotación, pobreza, la discriminación, muerte, enfermedades, la trata de personas, las guerras, torturas, maltrato a las mujeres, la falta de oportunidades para la juventud, la mutilación de la naturaleza etc. en el cual su prioridad son los oprimidos “el pueblo”. Como vicario de Jesús predica el perdón, la concordia, la justicia social y el amor al prójimo, como en aquella época que Jesús dijo: "Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros” (Juan 13: 34).. Lo mismo que el Nazareno luchaba, ahí está Jesús a la vanguardia en Francisco.
No es un secreto que muchos políticos, miembros de la misma iglesia, medios de comunicación, personas del común, se incomodan con los mensajes que trae el papa Francisco para el pueblo colombiano y el mundo. Mensajes de verdad, perdón, reconciliación, reparación a las víctimas, que invitan a un cambio de alma y de conciencia, a levantar la bandera del amor para que comencemos a vernos como una misma especie, sin odios, sin venganza, sin egoísmos, sin mentiras. Además, nos invita a pensar en un mundo altruista, donde nadie es más que nadie, donde la conciencia no sea la chequera, donde la conciencia y el alma sea de ayudar a los más necesitados con cordialidad sin esperar nada a cambio.
Estas reflexiones que trae el papa Francisco nos llevan a un despertar de conciencia. Que no nos vaya a pasar como en la alegoría del sembrador, donde la indiferencia es absoluta, nadie ve, ni oye las grandes injusticias cometidas hacia el pueblo. Hoy en día el 99% de la población mundial es pobre, sufre con precarios sistemas de salud y con prohibición a la educación. Hay seres humanos que se mueren de hambre, guerras absurdas, explotación de recursos, aniquilamiento de culturas, explotación laboral, redes de trata de personas, discriminación, etc. Esto nos convierte en seres desdichados, infelices, llevándonos a una deshumanización. Todas estas injusticias que vivimos en la actualidad nos deben llevar a ablandar nuestros corazones, sin importar nuestras diferencias de credo, a abrir los ojos y destapar los oídos a los mensajes del vicario de Cristo, un filántropo, el cual nos convida a tener una conciencia de amor por la humanidad.
¡Quizás sea un soñador, pero no soy el único!