Su vida representa a los despojados, a los ninguneados, a “los nadie” a quienes les han arrebatado todo, especialmente los sueños y esperanzas.
Es una líder social, activista medioambiental, defensora de derechos humanos, feminista, abogada, es la esperanza de los que no tienen voz. Dentro de su reconocimiento mundial se destaca: Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos (2015), Premio Goldman para el medio ambiente (2018), 100 Mujeres de la BBC (2019).
Ha luchado por sacar adelante a su familia y a su comunidad. Trabajó en las minas, se ha ampollado las manos cargando con la discriminación y las desigualdades sociales de sus antepasados. Tener un color de piel diferente los condenaba al dolor, la exclusión, el exterminio como hicieron los europeos en tierras americanas, africanas y asiáticas.
Algunos criollos heredaron las falsas ideologías de creerse los dueños del país, lo colocaron a su servicio, lo hicieron su pequeña parcela y las ganancias la mandaban a los grandes paraísos fiscales.
En más de 200 años de supuesta independencia de España, han continuado los crímenes atroces, las desigualdades sociales y la discriminación en todos los aspectos.
El conflicto, las guerras y las masacres se convirtieron en el pan diario, en un excelente negocio. Es la oportunidad de cambiar, el poder está en las personas, en su decisión sensata de elegir a sus gobernantes.
De nada sirven los lamentos si vendemos nuestra conciencia por un tamal o una lámina de zinc. Francia Márquez y Gustavo Petro son la opción, por la dignidad personal, por una nación que necesita urgentes cambios.