La figura de Francia Márquez es realmente llamativa, interesante y esperanzadora.
Mujer, negra, de región empobrecida, trabajó en el servicio doméstico, se hizo líder a pulso y enfrentó a poderosos, y aunque yo hubiese preferido verla como la cabeza de lista al Senado del Pacto, su decisión digna, atrevida y contracorriente al final fue la mejor y la ha convertido en una de las candidatas más llamativas. De hecho, resultó ser toda una sorpresa el domingo pasado.
Se ha ganado su espacio y el respeto que muchos consideran aun no tiene, por eso voté por ella en la consulta, para que con votos se le diga de manera clara al Pacto Histórico: hay alguien que puede ser la fórmula de Gustavo Petro a la presidencia, con firmeza, autoridad y votos.
Ella está acostumbrada a pelear por sus derechos, todo lo que es y lo que tiene lo ha conseguido a pulso y con esfuerzo, tal vez un poco más que la mayoría, en un país racista y excluyente, précticas nefastas que desgraciadamente también se replican en colectivos alternativos y progresistas como el Pacto Histórico.
Francia representa a los nadie, a los dignos, a los que luchan, a los que se ganan todo con esfuerzo y coraje; es una como yo, por eso me representa.