El día que anunciaron que la fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro era Francia Márquez, la república mamerta de Twitter estalló de júbilo. En la burbuja en la que viven los usuarios, ignorantes de que esta red social apenas la usan el 5% de los colombianos, creyeron que todo el país aplaudía la decisión de Petro. Les parecía que los poco mas de 700 mil votos que hizo la líder ambiental en la Consulta del Pacto, superando incluso la votación que obtuvo en la Coalición de la Esperanza Sergio Fajardo, les daba para desafiar a las maquinarias y escupirles su indignación y su altura moral. En la inyección de adrenalina y ego escupieron sobre las castas políticas y la maquinaria de César Gaviria y afirmaban que no importaban los trinos de izquierda extrema y anticapitalistas de Márquez, el país –de Twitter- quería el cambio y quién mejor que una líder social, mujer y negra, para marcarnos el camino. Claro que era hermoso, pero no era real.
En un país racista, misógino y de derecha el mensaje que enviaba Petro no era el mejor. Primero, a Francia sólo la conocen en Twitter. Tuve la oportunidad de acompañarla en un paseo por la carrera séptima en Bogotá en febrero de este año y la conocieron unos cuantos estudiantes que a esa hora caminaban desparchados. Se hizo popular con el anuncia de su vicepresidencia pero los autodenominados colombianos de bien despreciaron su poca preparación – hay que aceptarlo, la señora no está preparada, ¿o es que no la han escuchado hablar?- y sus trinos desbocados que no dan la tranquilidad necesaria para darle el voto a Petro. Es una virulencia constante, una suerte de Diosdado Cabello del metaverso, un tufillo autoritario y comunista que hasta a mí me da resquemor.
En otras palabras por quedar bien con la mamertada Petro creyó que sumaría y se dio cuenta tarde de su error. Por eso a Francia hace rato la sentaron en el Pacto Histórico y la desmarcada que se va a pegar Petro de ella es total y absoluta de cara a las tres semanas que le quedan para la segunda vuelta. A Petro no le sumó un voto Francia, ni un solo. Quedó estancado con 8.500.000 votos, el doble de lo que sacó en primera vuelta en el 2018, si, pero insuficientes para vencer a Rodolfo que tendrá, además de sus 6 millones, los 5 del uribismo. Seamos realistas, ¿ustedes creen que alguno de los que votó por Fico le dará su voto a Petro? Yo estuve en el Cubo de Colsubisidio en la campaña de Fico esperando resultados y los fiquistas decían, casi que en coro, que se irían de una con Rodolfo, es que casi que tacharon el nombre de Fico en sus gorras y pusieron el de el ingeniero.
El mensaje que manda Petro teniendo a Francia como vicepresidente no sirve para convencer los votos nuevos que le daría la victoria en la segunda vuelta. Convence a animalistas, introspectivos y profundos, los bienpensantes de siempre que exhiben su altura moral desde twitter, pero a la Colombia real ese mensaje no cala, no llega. Y Petro ya lo empezó a pagar caro. Porque ayer, así sus más fervientes seguidores lo nieguen –no hay nadie que entre más en negación que un mamerto- Petro empezó a perder las elecciones. No tiene como crecer más, con Francia encima las maquinarias que necesita, la de Vargas Lleras sobre todo, no se le van a sumar. Bendetti y Roy, los viejos demonios, no tienen margen de maniobrabilidad para negociar con Francia como vicepresidente. Si Petro, te ganaste el voto feminista que suma, a lo sumo, el 2% del electorado. Para ganarle a Rodolfo se necesita maquinaria y los viejos políticos de siempre, con el discurso antisistema de Francia, no le van a caminar.
Muy bello lo de Francia, hermoso mensaje y todo lo que quieran pero no sumó un solo voto. Complació a su hija Sofia, a Verónica, a la limitadísima Lalis pero no sirvió de nada porque las elecciones no se ganan en Twitter, se ganan es en las urnas.