El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este miércoles un nuevo confinamiento general de la población para frenar la segunda ola de covid-19 a partir del viernes. Este segundo confinamiento será menos estricto que el de la primavera, ya que las escuelas y los servicios públicos permanecerían abiertos. Solo se podrá salir de casa para trabajar, recibir tratamiento o urgencias. Queda prohibido reunirse y la movilidad entre regiones excepto para volver a casa tras las vacaciones.
"El virus circula en francia a una velocidad que ni las peores previsiones imaginaron", ha dicho el presidente. Un 58% de las camas de los hospitales están ocupadas y se registran cada día cifras máximas de contagios. "El virus parece ganar fuerza a medida que las temperaturas bajan", ha asegurado el presidente tras enumerar algunas de las medidas que tomó las anteriores semanas.
Tras mantener una reunión urgente de gabinete y consultar con los principales líderes parlamentarios y sociales, Macron ha anunciado las nuevas medidas que ya había advertido previamente un consejero ministerial, serían "impopulares". "Hemos aprendido de las insuficiencias de la primera ola", ha asegurado Macron.
"Si no conseguimos frenar los contagios no podremos atender a otros pacientes como víctimas de accidentes de tráfico pronto", ha dicho haciendo referencia a la ocupación hospitalaria. Macron ha asegurado que las nuevas medidas servirán para proteger a los mayores, a los niños, a los sanitarios, a los vulnerables y la economía.
A pesar de que se permite salir a trabajar, Macron ha pedido que se opte por el teletrabajo en la medida de lo posible y se evite todo tipo de movimientos y reuniones innecesarias.
Francia vivió un primer confinamiento nacional de casi dos meses que dio frutos. Entre marzo y mayo, los 67 millones de franceses sólo podían salir para ir a trabajar cuando no era posible hacerlo a distancia o para realizar actividades básicas como comprar víveres, medicamentos o hacer una hora de ejercicio diario.
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