Fracasó el modelo de Ministerio de Comercio. ¿Y ahora?
Opinión

Fracasó el modelo de Ministerio de Comercio. ¿Y ahora?

Los datos del fracaso son contundentes y confirman los pobres resultados de MinCIT sin una política de industrialización activa que hoy tiene un mandato de cambio

Por:
julio 20, 2022
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Los datos son contundentes y los resume, entre otros, Saúl Pineda, quien fue viceministro de Desarrollo Empresarial en el Gobierno Duque:

  • antes de la pandemia, en 2018, la canasta exportadora de Colombia estaba compuesta en un 63.3 % por productos minero-energéticos, 17.3% agrícolas y 19.2% manufacturas de baja complejidad tecnológica, esto es, exportamos bienes primarios sin mayo valor agregado;
  • las exportaciones colombianas, como proporción del PIB, hoy siguen representando los mismos niveles que teníamos en 1960;
  • el sector externo (importaciones más exportaciones) pasó de significar el 30,5 % del PIB en 1960, a solo 33,7 % en 2020, a pesar de la apertura y los TLC (en Corea del Sur ese sector es el 85 %);
  • lo poco que crece Colombia es por usar más tierra y mano de obra barata, no por ganar en eficiencia o por usar conocimiento: la productividad de los factores cayó 15% entre 1990 y 2021;
  • en ese mismo lapso la tasa de desempleo se ha mantenido por sobre los dos dígitos, esto es, dos puntos mayor al promedio de América Latina;
  • y la tasa de informalidad (empleo vulnerable) ha estado por encima del 45 %, es decir, 10 puntos superior al promedio de América Latina. Peor no puede ser el resultado.

Hace 30 años se creó el Ministerio de Comercio Exterior, hoy Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, MinCIT. (El primer ministro fue Juan Manuel Santos, quien me invitó a trabajar en ese despacho ­–porque yo manejaba ese tema en el DNP–, pero terminé escribiendo un libro crítico del modelo de apertura finalmente adoptado y yéndome para la U Nacional). Desde entonces se aceleró el cambio en el modelo de desarrollo colombiano: pasamos de aplicar políticas proteccionistas para la industrialización, a privilegiar la apertura comercial y los Tratados de Libre Comercio, TLC.

La política neoliberal, aplicada desde entonces en el MinCIT –con algunas oscilaciones en tiempo de pandemia–, prometía que sometiendo a las empresas nacionales a la competencia abierta de los bienes y servicios producidos en el resto del mundo, a menores costos, con mejor tecnología y con mayores subsidios, el aparato productivo nacional iba a ser más eficiente (choques de oferta), se especializaría en los bienes y servicios donde tenemos ventajas comparativas, nos insertaríamos en las cadenas de valor internacional donde somos más competitivos y, de paso, los consumidores colombianos sería los gran beneficiados. Los costos sociales y empresariales de la destrucción de los sectores no competitivos se suponían marginales e inevitables. En el caso del sector agrícola, con “Agro ingreso seguro” se palearía el ruido de los perdedores.

Quienes conocíamos los textos del economista chileno Fernando Fajnzylber (Industrialización en América Latina: de la ¨caja negra¨ al ¨casillero vacío, Cepal, 1989, entre otros), sabíamos que ese modelo estaba condenado al fracaso, lo escribimos entonces y hoy lamentablemente los resultados confirman nuestros asertos.

_______________________________________________________________________________

Quienes conocíamos los textos del economista chileno Fernando Fajnzylber  sabíamos que ese modelo estaba condenado al fracaso

________________________________________________________________________________

Más importante aún, Saúl Pineda acaba de publicar un valioso libro, Un futuro para el olvido. Las políticas públicas entre la pandemia y la indignación donde, con la diplomacia y elegancia que le es propia, confirma una vez más que el abandono de una política activa de industrialización ha conducido al MinTIC a ser objeto de presiones insostenibles de sectores empresariales y políticos rentistas, nacionales e internacionales, con muy pobres resultados en las políticas públicas. Él lo dice en lenguaje críptico y con recursos frecuentes a la literatura y aún a la poesía, pero bien leído ese es el mensaje.

A la próxima ministra o ministro de Comercio, Industria y Turismo, yo le recomiendo que antes de leer el informe que preparamos quienes participamos del equipo de empalme en el MinCIT, en representación de Gustavo Petro y Francia Márquez, se lea en detalle y entre líneas el libro de Pineda.

Y ahora ¿qué sigue? Saúl recomienda “construir sobre lo construido”, lo que es un tópico interesante y casi obvio. Pero la apuesta que ganó el 19 de junio pasado tiene además un mandato explícito: ejecutar una política para recuperar la industrialización truncada; promover la generación de empleo productivo y digno; estimular la creación de valor a partir del conocimiento y la innovación, no mediante el extractivismo minero-energético; proteger la naturaleza y toda forma de vida; y consolidar la paz.

En el MinCIT existe un inmenso recurso humano con conocimientos e información valiosa. El empresariado colombiano ya leyó el nuevo mensaje nacional que encarna “Colombia potencia mundial de la vida” y de seguro está dispuesto a sumarse, aunque lo hará con reticencias que deben ser entendidas y valoradas. Pero a la construcción de la política pública de reindustrialización deben llegar nuevos actores sociales y políticos, no para desplazar sino para ser por fin incluidos. Los trabajadores, los campesinos, los pueblos étnicos, las regiones marginadas, y no solo la tecnocracia prepotente, como la señala Pineda, de seguro participarán ahora del rediseño institucional del Ministerio y de la nueva política pública.

Un ejemplo al canto: el turismo en el gobierno Petro-Márquez se disparará, al ritmo que se consolide la paz integral. El mundo quiere conocer nuestra inmensa riqueza en diversidad cultural y ambiental, solo si hay paz y seguridad. Pero el galimatías institucional vigente en el MinCIT diluye y refunde los recursos presupuestales para el turismo, a nivel tal que los resultados son tan mediocres como en el caso de las exportaciones de bienes. Y las comunidades prestadoras de servicios turísticos no se han empoderado, siendo apenas objeto de precariedad laboral y de los conocidos costos de algún turismo depredador. Eso tiene que cambiar.

Posdata: La historia política e institucional de Colombia ya cambió y para siempre. Francia Márquez, Leonor Zalabata, Patricia Tobón, Luis Gilberto Murillo, Giovani Yuli, y los nombramientos que vienen, harán por fin realidad el reconocimiento de que este país es multicultural, pluriétnico e incluyente. ¡Gustavo Petro echó a andar la Constitución de 1991!

 

 

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
La Economía Popular contraataca en el Plan Nacional de Desarrollo

La Economía Popular contraataca en el Plan Nacional de Desarrollo

La impostura

La impostura

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--