Quiero entender la buena voluntad del Sr. Presidente Santos para solucionar los problemas en la región del Pacífico.
A manera de una gerencia se creó la Dirección Plan Paciífico, que no siendo una entidad robusta con cuerpo y presupuesto, queda solo a la gestión de su director. Sin embargo, es una tarea difícil pues tampoco le da estatus, presupuesto y dientes para ser el interlocutor con las regiones. Y no me refiero a las regiones en cabeza de sus gobernantes, sino a esa interlocución interdisciplinaria de los diferentes estamentos y ministerios con sus compromisos en los diferentes planes de choque para Buenaventura, Chocó y Tumaco.
¿Qué incumplimientos? Pues miren, en Buenaventura todavía no se tiene agua, no se ha entregado el megacolegio, hay inconformidad con el malecón pues se cambiaron los diseños, no está funcionando el Hospital, se modificó la construcción del nuevo Sena, entre muchos otros ejemplos. Mientras tanto en el Chocó, en el acuerdo al que llegaron el Gobierno y el Comité Cívico, se acordó la inversión de 720.000 millones de pesos para financiar las carreteras Medellín-Quibdó (500.000 millones) y Quibdó-Pereira (220.000 millones de pesos). Sin embargo, el Comité asegura que este dinero no ha sido desembolsado y por tanto no se ha avanzado en las licitaciones.
Nos encontramos ahora, prácticamente, a año y medio de cierre de gobierno y abocados a un paro en el Chocó, otro en Buenaventura y el mes pasado en Tumaco, por cuenta de los cocaleros. Así pues, surge también la pregunta: ¿qué consecuencias tiene un paro indefinido? Pues estas son diversas, van desde desabastecimiento, el riesgo vital para pacientes por complicaciones en desplazamiento, atraso en el sistema escolar y también de índole económico por las afectaciones al sistema productivo, que por cierto son incalculables. Entonces, tenemos una frustración más, nos están incumpliendo y "la cuerda siempre se rompe por el lado más delgado ".