La iniciación de la vigesimocuarta edición del encuentro anual de la internacional comunista del foro de Sao Paulo en La Habana (Cuba) fue un encuentro de disfraces, donde en la bufonada, igual a un aquelarre, se presentaron un total de 439 delegados de América Latina, Asia, África y Europa con diferentes caretas que utilizan para engañar a las masas en sus países, haciéndose llamar progresistas, indigenistas, bolivarianos, sandinistas, verdes, entre otros. Eso sí, todos con su doctrina comunista totalitaria bien afilada o en su defecto, haciendo el papel de idiotas útiles, porque un partido o movimiento que envíe delegación a semejante esperpento solo por participar tiene que tener una ignorancia suma o una picardía extrema.
Por supuesto que en el encuentro había delegados de partidos colombianos, que tienen la ventaja de que en el país los grandes medios de comunicación no los interrogan a ese respecto. El tema es un verdadero tabú, como se demostró en la anterior campaña electoral, en donde el candidato Gustavo Petro de la Colombia Humana, cuyo movimento (Progresistas) es miembro activo de esa logia, tenía una patente de corso para que en el prolongado debate electoral que duró varios meses jamás le cuestionaran su membrecía en el foro de Sao Paulo.
Pues bien, el aquelarre marxista de La Habana estuvo dedicado a sus fundadores: el sátrapa de Fidel Castro (ya fallecido) y a Luis Ignacio Lula Da Silva (preso en Brasil). Con la consigna “Lula Libre” se pasó por alto la condición corrupta del exmandatario en casos como Petrobras y Odebrecht, empresa que usó para promover el proyecto político del foro de Sao Paulo en diferentes naciones de la región, pagando coimas para propagar la causa abyecta del marxismo-leninismo con el atuendo del socialismo del siglo XXI.
Cabe anotar que el foro de Sao Paulo, fundado en 1990, tuvo su primera victoria electoral en Venezuela con el orate de Hugo Chávez en 1998, como lo recordó una organizadora del encuentro en Cuba, eso sí, sin dejar de mencionar la cantaleta de la lucha en contra del imperialismo y el neoliberalismo, cuando ese par de expresiones se deben de revisar, pues al tal imperialismo yanqui al parecer poco le importa Latinoamérica y tiene intereses más importantes en otras parte de la tierra, como ya lo hemos sustentado en anteriores notas. Además, en cuanto al neoliberalismo sabemos que surgió hace más de 40 años por una alianza entre el partido comunista chino y las grandes transnacionales, lo que provocó la flexibilización laboral a escala mundial y la acumulación de grandes masas de dinero por parte del capital financiero internacional, así que ese discurso del foro de Sao Pablo pertenece a la caverna.
Hay que ser reiterativos sobre el foro de Sao Pablo: este es un ultraje a la inteligencia de los pueblos de América Latina por sacar de la basura de la historia al marxismo-leninismo, repudiado en Europa Oriental tras la caída del muro de Berlín, pero que los señores Castro y Lula de manera cínica, desconociendo ese hecho histórico, reciclaron. Para ello, contaron con el atraso ideológico de algunos sectores y aprovecharon la poca capacidad de innovación de las élites gobernantes en las diferentes naciones. Esto demuestra que la región todavía no ha tenido la suficiente capacidad para identificar a sus verdugos, que artificiosamente se ocultan detrás de varias máscaras, engañando a los pueblos, siendo indiscutiblemente su matriz el comunismo totalitario.
En el aquelarre marxista de Cuba se respaldó el genocidio que viene cometiendo Daniel Ortega en Nicaragua, además se exaltó a la dictadura de Maduro en Venezuela y se apoyó los 60 años de la tiranía cubana. Frente a esos pronunciamientos sería bueno conocer la opinión de dirigentes de los partidos que en Colombia hacen parte del foro de Sao Paulo y que no pueden seguir pasando de agache. De ahí que habría que conocer las opiniones a ese respecto de Progresistas de Gustavo Petro, la Alianza Verde y el Polo Democrático, pues sabemos que pedirle explicación al Partido Comunista o a la UP no tiene sentido, ya que es conocida su contumacia y su fervor desaforado por el marxismo-leninismo de manera irracional.
La secta marxista del foro de Sao Paulo, reunida en La Habana con sus diferentes partidos y grupos, indiscutiblemente es un aquelarre, ya que en ese ritual que se realiza cada año siguen aferrados al hechizo del materialismo histórico y la inevitabilidad principios fundamentales del comunismo totalitario, que por su superstición les han servido para embaucar a personas de flaqueza mental. Por eso ante semejante pazguato, que todavía tiene capacidad de engañar la democracia, debe incrementar la batalla ideológica en Latinoamérica para defender la libertad.
