Una prueba irrefutable de que estás frente a gobiernos que son malos es la rapidez con que empieza a hablarse casi inmediatamente de las próximas elecciones. Ocurre cuando a alguien que te visita le preguntas de pronto ¿cuándo te vas?; o le das el taburete desvencijado a ver si se cae o te llegan a vender a casa la revista Centinela durante el almuerzo.
Eso es lo que está ocurriendo con Trump y, sí, con Uque. El uno obseso con el muro de México pues por ahí no entran nórdicos rubios de ojos azules; el otro está de muda hacia Venezuela, que ya va y acompaña serenatas diurnas. Son unos artistas armando películas de terror. Si se allegaran a la frontera un empujoncito bastaría para dejarlos más allá. Por favor, anímese alguien. Y es que se ha vuelto una plaga neoliberal esto de los histriones.
Y en los Estados Unidos se habla de las elecciones presidenciales desde hace rato. No dan pie con bola para que salga rápido, pues saben que ni siquiera el impeachment los saca del lío: les quedaría de herencia exagerada el brillo cósmico de Pence, más opaco que queso gruyere; y están seguros de no soportarlo. Aquí en Colombia el aburrimiento se queda dormido en las esquinas. Es tan terrible que puede llegar al asco. Uque sería tan opaco como Gaviria, si este no divirtiera al público con su triple salto mortal. No van más allá de discutir entre ellos la próxima embajada de Ana Milena, amante del arte milenario y salado de las momias egipcias.
¿Cuándo son las próximas elecciones?
Si Uque tan pronto se trepó voló a Francia, por qué no dejarlo allá combatiendo la Revolución rancesa con los ejércitos de Pence según algún discurso. Y ahora que se fue a Washington debió quedarse abriéndole a Pence la ruta para enviar 5.000 marines a la frontera con México y listo.
Nos hemos equivocado tres veces ya con este tipo.
Algunos pensarán que esta columna está siendo muy chistosa y es cosa de mamadera de gallo. Ni asomo de eso. Pero ¿cómo, sin sorna, nos acercamos a desastres como estos? Lo único peor es elegir otro del Centro Democrático en las próximas elecciones. De seguro, no se estrenaría ni siquiera titiritero.
Usted puede con una cámara Kirlian, que averigua sobre el aura, aplicarla cuidadosamente al rostro de María Fernanda —no busque otras partes menos prometedoras—. Seguro encontraría un brillo muy cerca de sus labios, es que digo, del pintalabios. ¿Y Paloma? ¡Ay, Paloma! Es posible obtenerle destellos cual rictus contra Petro en presencia de su jefe. Es tan obsecuente la pobre que hace curso para andar entre cuerdas que pendan de los dedos de alguien. ¡Y ya! ¡Hasta ahí llega la lista de los brillantes!
Pero, ¡cuidado! ¡Mucho cuidado!
No. ¡Noo! Prohibido mirar hacia la presidencia del Senado, ¡por favor! Con las calificaciones obtenidas en el bachillerato por radio tenemos. ¿Es que M'acias es más brillante que Obdulio? ¡No puede ser! ¿Alguien está seguro de la calidad de las cámaras Kirlian? Si Obdulio no se lanzó es porque M'acias sacó mejores calificaciones desde el bachillerato hacia atrás. No, no puede ser sino hacia atrás.
El caso es que tal como están pintando las cosas, el candidato a la presidencia era Masías. Cualquiera podría jurarlo. Obedece más y es mejor heterolingüista. Con esos discursos que se jala, Pence habría autorizado allí mismo de puño y letra 5.000, vaya pichurria, 10.000 marines inmediatamente invasores de Venezuela en barco vía Salto del Tequendama que es más húmedo que el Pantano de Vargas, si de Vargas Lleras.
Y, a propósito, cómo es que Colombia no eligió a Vargas Lleras. Es claro que fulgura más que Pence; es decir, es cascarrabias y un tanto beodo; eso sería suficiente para parecerse a Trump que es exclusivamente brillante, por lo menos es histriónico y hace reír. ¡Hum! Es en esto que Vargas Lleras se queda corto. Eso de andar ofreciendo coscorrones a nadie le gusta. Vargas Lleras habría pasado del ¡te doy en la cara ma…ca!, a ¡te doy en… Dios sabe dónde! Colombia no hubiera soportado dos cacheteadores juntos en el tinglado. ¡Sí, puede adivinarse! Lástima que Édgar Perea murió, pero hubiera sido el tipo preciso para transmitir una lucha en el infighting de estos dos colosos. Claro que Vargas Lleras se burla pues el otro no puede ser candidato jamás, gracias les sean dadas eternamente por los siglos de los siglos al magistrado Humberto Sierra Porto.
Y en los Estados Unidos la campaña ha arrancado bien. Los republicanos han estado acusando de socialistas a los demócratas a partir del discurso sobre el estado de la Desunión Americana de Trump. Cualquiera puede adivinar qué tanto del socialismo sabe Trump, leyendo El Capital sobre el regazo atormentado de Stormy Daniels en plena campaña electoral. Una revisión de HuffPost sobre la última vez que a los pobres demócratas se les ha untado de socialismo es que nunca ha dejado de hacerse. ¡Qué originalidad la de Trump! Se parece a la de Gaviria y Vargas Lleras que osaron llevar sus respectivos mamotretos de programa de gobierno para que Uque los estudiara y aplicara. Cuánta viringa morbosidad. ¡Qué sevicia!
¿Alguien podría imaginarse a Gaviria leyendo el programa de gobierno de de la Calle? Para qué lo leería, sabiendo con tres siglos de anticipación que no lo dejaría llegar ni a Pénjamo.
¡Tanto desperdicio horrible en esa campaña para venir a escoger a Uque por encima de M'acias! Se me antoja que deberían publicarse las calificaciones de Uque del bachillerato hacia atrás.
Y pensar que faltan tantos días para las próximas elecciones.
Los demócratas parece que han lanzado su campaña basados en algo que ya se desprende fétido de la administración Trump: la presencia de tantos multimillonarios no pasará desapercibida para el fisco federal. No siquiera los ríos de mermelada con albaricoque que llegarán pronto a los entes territoriales en Colombia darán la talla. Entonces el tamaño de la crisis económica mundial de la que se ha venido hablando no tendrá ningún récord anterior visible ni por asomo: si las quiebras aparecen de nuevo, cómo podrán socializarse las pérdidas empresariales si las propias finanzas del estado estarían quebradas, fiscalmente secuestradas.
En esas condiciones, el anunciado socialismo demócrata no solo será una premonición sino una necesidad. Nadie puede imaginar hasta ahora un socialismo siglo XXI a la americana, pero si así fuera una pregunta terrible pendería sobre la faz del mundo, ¿tendrá la escasa ideología de Maduro que salvar a Trump de su desastre?
Sí, esto suena cómico y disparatado. Pero es la única forma de enfrentar la desfachatez oligárquico megamillonaria neoliberal que le impone su política histriónica al mundo. Leo más del HuffPost:
“Los Estados Unidos son una oligarquía corrupta administrada por una aristocracia decadente. El desfile de indignaciones contra altos funcionarios de la administración de Trump ha hecho que esto sea imposible de ignorar por los demócratas. Pero el problema no comenzó el 21 de enero de 2017. El propio Partido Demócrata ha sido demasiado acogedor con el poder corporativo durante décadas".
“En 2008, el presidente electo Barack Obama eligió a un ejecutivo de Citigroup para elegir a los funcionarios y empleados más importantes del Gabinete para su administración, que posteriormente se negó a procesar el delito de cuello blanco. Citigroup recibió más ayuda de rescate federal que cualquier otro megabanco vacilante. Esto no fue un solo lapso de juicio. Obama pasó la noche de las elecciones en 2012 con el multimillonario de Google, Eric Schmidt, precisamente cuando la Comisión Federal de Comercio investigaba al gigante de la búsqueda por posibles violaciones antimonopolio. La FTC finalmente dejó a Google fuera del gancho, una decisión que parece cada vez más sospechosa a medida que los reguladores europeos continúan golpeando a la compañía con una serie de multas”.
Y si el imperio se pudre, sus colonias sin oxígeno apestan. El hedor de la mermelada fermentada en odres de los entes regionales de las próximas elecciones ya casi pega. Mermelada con albaricoque. ¡Manes del lenguaje!
Nota: viringo aparece como colombianismo. La mermelada con albaricoque es un producto.