Con sorpresa se han visto los habitantes de Florencia (Caquetá) por una valla publicitaria que invita a votar por el exprocurador Alejandro Ordóñez a la Presidencia de la República de Colombia. Aunque esta capital del sur del país es tradicionalmente conservadora, lo que llama la atención es que, además, se hace campaña con un aforismo netamente religioso: “Nada sin Dios, todo por la Patria”, estimulando a creyentes cristianos a asistir a una reunión política presidida por el citado doctor. Recordemos, por cierto, que el precandidato Ordóñez es lefebvrista, o sea, pertenece a una corriente católica que no acata la normatividad del Concilio Vaticano II y, en ciertos casos, es considerada una secta cismática.
El movimiento denominado: Firme con Ordóñez –con doble acepción-, despliega un matiz criollo (esboza el nombre del departamento con los colores de la bandera caqueteña) y sentencia: “La paz es fruto de la justicia”, embistiendo, claramente, contra el Acuerdo de Paz suscrito entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, de la cual Ordóñez es crítico acérrimo. Estos dos axiomas son claves fundamentales para captar sufragantes y/o adeptos para el mencionado precandidato, pues esta región, golpeada por la violencia y la corrupción, cree en el todopoderoso Alejandro Ordóñez como un posible mesías que salve al país del ‘castrochavismogay’.
Al comunicarme con uno de los celulares que aparecen en la publicidad, me contesta un señor entusiasmado, al cual le pregunto sobre el asunto y, fervoroso, responde: “¡Es una reunión con el doctor Ordóñez! Nosotros estamos recogiendo las firmas [para inscribirlo como candidato] y estará con nosotros el jueves 03 de agosto en el auditorio Monseñor Torasso”. A lo que pregunto: ¿quién trae al doctor Ordóñez? Con ahínco, el organizador, exclama: “Mi hijo Juan Carlos y yo. ¡La familia Novoa!”, ¿Juan Carlos Novoa todavía es procurador?, indago, ¡No, él trabaja con el doctor Ordóñez”, responde el señor Novoa.
Pero, ¿quién es Juan Carlos Novoa?, nadie menos que la mano derecha del exprocurador en el Ministerio Público, su secretario privado, “El «hijo» del procurador”, “El alter ego del procurador”, “Juan Nepote” como lo describiría Daniel Coronell (artículo donde el periodista investigativo denuncia el nepotismo de Alejandro Ordóñez), será el telonero, quién mejor que un caqueteño, el que presente y ambientice el lugar para que la muchedumbre, con aleluyas y amenes, reciba sonrientemente al anatemizador de sus hermanos cristianos.
Ahora bien, algo que no es equilibrado y tampoco permitido, legalmente hablando, es que se haga campaña directa (la valla dice: Ordóñez Presidente), a propósito, el Consejo Nacional Electoral se pronunció el pasado domingo 30 de julio, diciendo: “Ante la aparición de vallas constitutivas de propaganda electoral y en ejercicio de sus funciones de inspección, vigilancia y control el Consejo Nacional Electoral iniciará las investigaciones pertinentes, dentro de las que dictará medidas cautelares a efectos de ordenar el retiro inmediato de aquellas que hayan sido instaladas”4; además, el CNE aduce que la propaganda electoral extemporánea es “toda forma de publicidad realizada con el fin de invitar a los ciudadanos a votar”.
Lo antes dicho, se fundamenta en la Ley 1475 de 2011 que, reza: “La propaganda a través de los medios de comunicación social y del espacio público, únicamente podrá realizarse dentro de los sesenta (60) días anteriores a la fecha de la respectiva votación, y la que se realice empleando el espacio público podrá realizarse dentro de los tres (3) meses anteriores a la fecha de la respectiva votación” (Art. 35). Los comicios a la primera magistratura de la nación serán el 27 de mayo, es decir, dentro de 10 meses calendario.
El tiempo nos dirá, entonces, si Ordóñez, el exprocurador, sigue siendo todopoderoso, hasta el fin de violar la ley, y sus seguidores lo siguen aclamando sin ninguna limitación.
*Tomado de Letrasclaras.com
