Hay mucha gente que cuando me conoce me dice, así de la nada… “Mejor ser gordita. Yo como y como y nada, no engordo, los pantalones me quedan grandes” (y me muestran que efectivamente, les quedan grandes). ¿Y yo?, apenas sonrío, y mentalmente les digo: “No es necesario que me digas eso, no te vas a ganar mi confianza ni respeto, ni te voy a creer más porque digas eso, no te creo”, y sigo sonriendo y hasta de pronto se me sale un… ¡Je-je-je-je!
Otra gente cree que si me cuenta que está haciendo dieta, o que va a adelgazar, o que se metió en un régimen alimenticio o que está haciendo ejercicio con juicio, o simplemente, decidió hacerse una cirugía para bajar de peso, yo me voy a sentir mal o los voy a juzgar como ‘traidores’. Nada está más alejado de la realidad.
¡Bajen de peso, claro que sí!, pero de manera saludable, de forma natural. ¡Hagan ejercicio!, ¡empiecen a cambiar los hábitos alimenticios!, ¡es lo mejor! Cuánto quisiera tomar esa decisión, pero me sigue costando hacerlo. Pero por supuesto que los apoyo, tienen todo mi respaldo y respeto. Y espero un día no muy lejano, sumarme al grupo.
Esto no es ni mucho menos una oda a la gordura, ni es mi deseo que todas seamos gordas, lo que yo quiero es que las que ya somos gordas, si no hacemos nada SALUDABLE y RAZONABLE por bajar de peso, por las razones que sean (físicas, emocionales, ¡las que sean!), no vivamos amargadas por esto, y eso sí, tratemos de vernos siempre bien, de ser creativas, recursivas –en Colombia nos toca- porque la oferta de vestuario no es amplia.
El tema llega porque ya estamos en febrero y seguramente, muchas, no han empezado con el que seguramente fue el principal propósito de inicio de año. Lo sé porqué yo también lo tengo en mi listado, aunque hace rato dejó de estar encabezando la lista.
Siempre tengo las mejores intenciones, es más, pese al paso de los años siempre termino completamente convencida que yo puedo, que lo voy a lograr y me voy a la cama con el firme propósito de no echarle azúcar al café de la mañana, de no comerme ese pan, muffin o buñuelo que se me hace caritas en la tienda rumbo a la oficina… Pero caigo y vuelvo a caer. Y aunque no sé si esté bien o mal, el asunto es que tampoco me mortifica el tema.
Como siempre digo, soy gorda por una sencilla razón (de la que no me siento nada orgullosa, pero por la que tampoco me la paso llorando), y es que no tengo disciplina, ni fuerza de voluntad y para acabar de completar no hago nada de ejercicio. ¡Soy un desastre!
A quienes ya empezaron con los cambios de hábitos o han sido constantes con el ejercicio durante los primeros 45 días del año, o ingresan a un quirófano con el firme convencimiento que es lo mejor para su salud (esto solo en caso extremo), ahí les va mi abrazo virtual de admiración, respeto y respaldo. Muchas veces, ustedes me dicen que yo los inspiro para hacer cosas, y ahora, les digo que espero sus historias, para que también ustedes me inspiren a mí.
Mientras eso ocurre, vamos a seguir viéndonos Gordas pero lindas, con mucho estilo, de la forma más natural posible.
Ver también: http://lapesadademoda.blogspot.com/2010/06/by-pass-banda-balon-gastrico-si-o-no.html
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